Crow Country [Review]

Título: Crow Country
Género: Survival Horror.
Desarrollador: SFB Games.
Editor: SFB Games.
Fecha de lanzamiento: 09/05/24.
Precio: $10,59.
Plataformas: PC, PS5 y Xbox Series.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por SFB Games.

Con el tiempo he comenzado a perder algo de fe por el Remake de Silent Hill 2. Llevamos ¿cuánto? Poco más de dos años desde su anuncio oficial y solo se ha revelado  alguna que otra secuencia de Gameplay de lo más cruda, que simplemente… da horror (y no del bueno). Eso no es todo, sino que la propia IP continúa girando sobre un interminable ciclo de desgracia.  Lo único real al día de la fecha es una serie «interactiva» horrenda que no hay por dónde cogerla. Mientras la industria corre una maratón en pasillos estrechos o sobre un trencito de puros Jump Scares. Son más bien pocos los estudios que desean escaparse de ese manantial de lágrimas para rendir culto al tono Old-School. Inclusive ahora con el prematuro cierre de Tango Gameworks (creadores del brillante “The Evil Withint”) el número de opciones se ha reducido aún más, es más, este supuso el último clavo en el ataúd para enviar al Survival Horror clásico seis metros bajo tierra. Al menos esa fue mi impresión inicial. Afortunadamente, existen estudios independientes como Dual Effect, Raiser Games, Headware Games que desean hacer las cosas bien. Entre ese selecto grupo encontramos a SFB Games, quienes nos envían de un puñetazo a la época dorada del Survival Horror con su perturbador Crow Country, una aventura de terror genuina con sabor Old-School y un encantadoramente cruel parque de atracciones abandonado con un precioso acabado de Pixel-Art digno de PSX.

Crow Country tiene un tono detectivesco acentuado que le permite explorar tópicos inusuales con los que desencadenar un torbellino de terror y suspenso, donde la oscuridad y la desesperación entrelazan una historia visceral de emociones fuertes. Pocos personajes, pero tópicos con raíces profundas. La trama sigue de cerca a Mara Forest, una misteriosa joven investigadora que ha llegado al “Crow Country” un parque de atracciones abandonado por más de dos largos años en la aldea rural de Atlanta, Giorgia para dar con el paradero de Edward Crow, un filántropo que ha desaparecido bajo misteriosas circunstancias. Siento que Crow Country absorbe rasgos narrativos de juegos como 2Dark o el propio Alone in the Dark, es decir, dedica su relato a la búsqueda y desaparición, siendo un tópico habitual encuentra el modo de darle una vuelta de tuerca e impregnarle su propio aroma con personajes peculiares con dudas y un electrizante misterio por resolver. El parque de atracciones se siente como un entorno hostil de lo más cambiante con toda clase de retos físicos y psicológicos, que alteran la psique de nuestra protagonista para transmitirle angustias, mientras intenta desentrañar los oscuros secretos detrás de esa desaparición.

En el trasfondo de Crow Country se encuentran temas profundos y perturbadores que exploran la naturaleza más oscura de la humanidad. La violencia, el abuso, la corrupción y la depravación son solo algunas de las sombras que se ocultan en ese mundo despiadado. La historia no teme adentrarse en estos temas tabú, desafiando al jugador a enfrentarse a la crueldad y la brutalidad que acechan en las sombras. Este enfoque audaz y provocativo crea una experiencia inmersiva y emocionalmente intensa, que lleva a reflexionar sobre la naturaleza del mal y la fragilidad de la inocencia. Para transmitir esta historia oscura, utiliza una variedad de recursos narrativos que aumentan la inmersión y la tensión. La atmósfera del juego es opresiva y claustrofóbica, con entornos sombríos y detallados que reflejan la desesperación y el peligro que acechan en cada esquina. Los gráficos de Pixel-Art y el diseño de sonido contribuyen a esta atmósfera tensa, creando una sensación de inquietud constante que mantiene al jugador en vilo.

El juego aprovecha la exploración para construir la narrativa con un sistema de juego organico. Esa influencia de Silent Hill con la niebla disipando escenarios regresa para desdibujar entornos y generar una sensación de pavor, al no saber que encontraremos a unos pocos metros. Además, incorpora elementos de investigación y rompecabezas para impulsar la narrativa. Es importante revisar minuciosamente cada pedazo de papel. Examinar escenas, y recoger pistas u objetos para avanzar en la historia y descubrir la verdad detrás de los horrores que acontecen en aquel retorcido lugar abandonado.

Tenia cierto recelo de volver a tocar un Survival Horror, es más, luego del mediocre Alone in the Dark no esperaba volver a sorprenderme para bien. Simplemente me preparaba para lo peor. Quien hubiese imaginado que iba a terminar encontrando una auténtica joya que recupera ese espíritu Old-School con un sistema de juego sencillamente espectacular. Todo un conjunto de conceptos que nacieron con la PlayStation original hace más de 30 años atrás, y que por alguna extraña razón han envejecido jodidamente bien. Entonces, Crow Country funciona como una aventura de terror en tercera persona por lo que tenemos control total sobre la misma para desplazarla o fijarla hacia la dirección que creamos conveniente, pero… esto tiene una razón. Resulta que el decorado de sus escenarios esconde objetos o paneles con los que interactuar, como también valiosas notas de información que necesitaremos leer y re-leer para dar con la tecla justa para superar algún que otro puzle.

En tema de puzles encuentro una de cal y otra de arena. Tiene momentos brillantes en los que juega con palabras, símbolos o números para construir secuencias de lo más curiosas con las que tocar instrumentos musicales o paneles. Pero… también tiene otros que necesitan de algún que otro ajuste físico para ser organizado de una determinada manera. De una u otra forma, tiene un excelente ritmo de juego con una atmósfera colmada de suspenso que da la sensación de estar protagonizando una auténtica aventura de terror. Me encanta el manejo de sus tempos para intercalar entre secciones a lo Silent Hill con ese tono psicológico impulsado por la lógica, y como no, esas fantásticas secuencias de accion dignas de un Resident Evil con disparos, granadas, lanzallamas y todo tipo de armas potentes para pulverizar a lo que crucemos por delante. SFB Games se las ha ingeniado muy bien para controlar la acción con interminables pasillos de criaturas o trampas.

Siento que la exploración es uno de sus mayores fortalezas con una libertad prácticamente absoluta al momento de encarar el parque de atracciones. Eso no quita limitaciones. Como todo buen Survival Horror tendremos una multitud de bloqueos físicos, de modo que toca usar objetos o conseguir llaves especiales para acceder a la puerta de turno. Todo esto mientras encandilamos una perpetua oscuridad con una simple linterna de juguete. Tan pequeña. Tan gastada. Que solo logra disipar una delgada cortina de niebla. Detalle que me ha recordado bastante a Silent Hill con ese difuminado tan especial para esconder objetos o criaturas. Claramente, Crow Country es un Survival Horror de manual que hace muy bien su tarea y toma nota de los más grandes referentes del género. Por esta razón es dificil encontrarle pegas. Tiene un sistema de combate tosco y aspero, pero de controles suaves que responden jodidamente bien. Recupera ese manejo de objetos y recursos en un inventario de lo más ajustado, que sacara el mejor espíritu de Tetris que llevamos dentro. Quizas sea un juego demasiado amigable. No supone un autentico reto, ni siquiera en su dificultad más alta. Eso se debe a que no castiga duramente los errores, mas bien al contrario. Crow Country es uno de esos juegos que nos lleva de la mano con muchas direcciones, guias visuales y un interminable almacén de munición o curación para evitar que suframos una muerte prematura.

Visualmente fue todo un flechazo al corazón con esos polígonos dignos de los 32bits de la icónica PlayStation que no tardaran en recordarnos a Final Fantasy VII. SFB Games ha optado por un apartado visual humilde para sumergirnos en un mundo de pesadillas, mientras teje una narrativa ambiental de lo más asfixiante. No solo eso, sino que también, complementa su historia con atracciones oscuras y provocativas. Tiene una dirección artística sobresaliente que captura la esencia de un mundo sombrío, peligroso de criaturas espeluznantes, que bien podrían escapar de los sueños más enfermizos de Junji Ito o del propio bolígrafo de Masahiro Ito con esas creaciones de extremidades inusuales y grotescas.

Lo cierto es que, Crow Country adopta un estilo gráfico de Pixel Art con esos tradicionales Sprites para evocar la estética de los juegos retro, pero con una alarmante atención por el detalle y una calidad visual modernos con filtros de vanguardia para controlar la iluminación, sombras o difuminado. Esta elección estilística no solo le otorga un encanto nostálgico, sino que también contribuye a su atmósfera inquietante y opresiva. Por su parte, la iluminación acentúa la paleta de colores para dar vida a eventos aterradores, donde la sangre decora cada uno de los escenarios para crear entornos perversos con ese tono sombrio, que refleja depravacion y puro dolor. La iluminación se utiliza de manera creativa para resaltar áreas de interés y crear contrastes dramáticos entre la luz y la oscuridad, lo que añade capas adicionales de complejidad.

Las influencias detrás de los escenarios son variadas y van desde el cine de terror hasta la literatura gótica, pasando por obras de arte surrealistas en el cine noir y el cine de terror de las décadas de 1970 y 1980, con referencias visuales a películas icónicas como «Halloween» y «El silencio de los Inocentes». Esta se refleja en la estética general, así como en la composición de sus escenarios y la presentación de sus personajes. También de la literatura gótica y el arte surrealista para crear un mundo rico en detalles y matices. Los escenarios del juego están llenos de referencias a obras clásicas de la literatura gótica, como «Drácula» de Bram Stoker y «Frankenstein» de Mary Shelley, así como a pinturas famosas de artistas como Salvador Dalí y René Magritte. Estas influencias se manifiestan en los diseños de los niveles y los objetos del juego, que a menudo presentan elementos grotescos y surrealistas que desafían la lógica y la realidad.

El año pasado para estas fechas ya había una lista de lo más sustanciosa para los fanáticos del terror con auténticos referentes como Dead Space Remake, Resident Evil 4 Remake, Layers of Fear Remake, STASIS Bone Totem, AMNESIA The Bunker o System Shock. Juegos de una calidad abismal que dejaron una marca indeleble dentro del género. Lo cierto es que, el 2023 fue un año realmente bondadoso para los fanáticos del Survival Horror (entre los que me incluyo) con más pro que contras. Al 2024 le está costando despegar. De un momento a otro pensé que no habría nada nuevo sobre el horizonte, sin embargo, allí estaba SFB Games para tenderme una mano y recordarme porque es mi género preferido. Crow Country es uno de esos juegos que echa para atrás con su presentación, pero quienes logran soportar esos sprites noventeros encontraran una carta de amor hacia el Survival Horror. Una aventura que coge lo mejor de los 90s para meterlo en una capsula del tiempo, que da gusto desenmarañar lentamente.

Todo un homenaje a la época dorada del Survival Horror con esos movimientos de tanque y un stick de lo más arcaico. Una progresión impulsada por la anatomía ambiental, donde es importante observar en detalle cada pedazo de pixel para rascar algo de información extra. Cientos de documentos que empapelan muros de pura mugre, sangre y visceras con los que orientarnos para atravesar una de las atracciones más enfermizas. Las atracciones del cuervo no tienen nada que envidiarle a la mansión Derceto del recientemente fallido Alone in the Dark, al contrario, este ultimo tiene mucho de donde tomar nota. Cuando pensaba que lo había visto todo. Cuando creí que nada iba a sorprenderme. Llega este estudio Londinense para darme una cachetada de nostalgia. Encendió un faro de esperanza en un pozo de pura mediocridad. Crow Country es, sin lugar a dudas, lo más cercano a Silent Hill que conoceremos en el futuro cercano.

Puntuación: 4 de 5.
  • Una historia enmarañada que da gusto resolver.
  • Tiene una atmosfera asfixiante.
  • Gameplay Old-School.
  • Ese arte de Pixel le sienta de maravilla.
  • Una carta de amor a los Survival Horror noventeros.
  • El Backtracking se hace agotador.
  • Algún que otro bug puntual.
  • Ciertos fallos de localizacion.

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