Título: Trüberbrook.
Género: Aventura Gráfica.
Desarrolladora: btf.
Editora: Headup WhisperGames.
Fecha de lanzamiento: 12/03/2019.
Precio: $29,99 dólares.
Plataformas: PC. (Nintendo Switch, Playstation 4 y Xbox One a partir del 17 de abril)
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia comercial proporcionada por HeadUp.
Debo admitir que las aventuras graficas son una de mis grandes debilidades. Muchos de los mejores momentos de mi infancia los pase tras una pantalla moviendo un cursor y haciendo clics en objetos inanimados esperando por una reacción, y eso se lo debo agradecer a Doug TenNapel, Tim Schafer y Ron Gilbert. Desde entonces me he lanzado con los brazos abiertos hacia cualquier aventura de Point-and-Click, pero no todas cumplían con las expectativas, y mientras más crecía, menos juegos tradicionales se encontraban. Lentamente me di cuenta que el género había colgado sus guantes para permanecer dormitando en silencio. Tras varios años y gracias a Kickstarter, los Point-and-Click regresaron con mucha más fuerza, Memoranda, Unavowed o Thimbleweed Park son algunas de las más recientes producciones que mantienen viva la llama del género. Y ahora es el turno de viajar a Truberbrook para vivir otra emocionante aventura de suspenso y ciencia ficción con ese fantástico sabor a old-school.
La trama de Truberbrook es emocionante y se sigue con interés debido a la gran variedad de tópicos que utiliza para construir su relato y dar vida a su fantástico universo. La ciencia ficción es uno de los pilares fundamentales en su guion, y controlar a un pequeño cerebrito de la física no hace más que confirmarlo, pero acompaña esta temática con otras ideas algo más discretas inspiradas en The X-Files y Twin Peaks. La trama utiliza un manojo de ideas descabelladas para conceptualizar de una forma peculiar las inesperadas vacaciones de un sujeto común y corriente en un lugar ordinario, pero la realidad difiere de esto y lo aprenderemos por las malas, pero evitaremos spoilers. Por otro lado, la historia no terminaría de culminar sin su singular reparto de personajes, quienes participan con situaciones excéntricas y diálogos brillantes, que fortalecen el desarrollo narrativo al construir una ambientación consistente.
En resumen, Truberbrook nos sitúa en Europa a finales de los años 60 con Hans Tanhausser, un joven físico que ha ganado unas agradables vacaciones para una de las aldeas rurales más tranquilas de Alemania, Truberbrook, sin embargo, la serenidad no durara lo suficiente. Al caer la noche, los papeles y documentos de física cuántica, que con tanto esmero había escrito, se han perdido completamente de su habitacion, y para encontrarlo tendrá que iniciar una épica aventura que lo llevara a develar el terrible misterio que se oculta en lo profundo de aquel tranquilo lugar.
Truberbrook es un Point-and-Click tradicional, en el sentido más puro de la palabra, incluso sus propios niveles se han diseñado a mano limpia proporcionando un cuidado único a cada uno de sus escenarios. Posteriormente se agregaron los modelados de personaje a partir de la foto fotogrametría para posicionarlos con precisión en el ambiente y darles vida con elegantes animaciones. La Alemania de los 60 es seductora por la serenidad de sus paisajes y la cuidadosa decoración con fantásticos detalles y múltiples referencias a la ciencia ficción, y como no, también guiños adultos, pero lo más atrapante es su atmosfera tan conseguida que recuerda a Twin Peaks.
De regreso en su jugabilidad, como suele ocurrir en todo Point-and-Click encontramos mecánicas conservadoras que apuestan por la interacción con el escenario/personajes para obtener información y recursos que permitan resolver al rompecabezas de turno, pero dentro de estos parámetros establece sus propias limitaciones jugables al no darle prioridad al inventario. Una herramienta vital en toda aventura gráfica, sin embargo, en Truberbrook desempeña un rol mínimo y meramente decorativo para automatizar la resolución de Puzzles por la inexistente gestión de elementos. A diferencia de otros títulos del género, el inventario no permite combinar o seleccionar los objetos que hemos recorrido durante la aventura. En su lugar solo ofrece una vista preliminar en el margen superior de la pantalla para recordar lo que cargamos en los bolsillos. Una idea cuestionable, cuanto poco, pero es un detalle que crea un sistema de juego intuitivo y menos exigente con rompecabezas mucho más asequibles.
Cabe destacar que el grado de dificultad no es algo que determine la experiencia final del juego, al menos no en los Point-and-Click, es preferible que todas sus situaciones lógicas tengan una función natural y orgánica con el propio escenario para darle un sentido a cada acción y no sentirse artificiales, y para nuestra fortuna eso es justo lo que encontramos con Truberbrook. Cada uno de sus Puzzles tiene una razón de ser y no depende de combinaciones descabelladas para ser resueltas, eventualmente esto permite que la progresión sea fluida y libre de barreras mentales, aunque, demasiado sencilla. Además, la duración tampoco es una de sus grandes virtudes. Truberbrook esta compuesto por un prólogo y cuatro capitulos con una duracion variable entre los 30 y 50 minutos, por lo tanto, para los más lucidos en el género, la aventura se podra terminar en aproximadamente en unas 5 o 6 horas.
No todo es inspeccionar o recoger objetos, las conversaciones también son recursos valiosos para dar con la solución o descubrir más de la correcta trama. A lo largo de la aventura nos toparemos con múltiples personajes, cada uno con sus propios problemas que necesitan de ser resueltos para permitirnos avanzar en nuestra investigación. En el caso de cansarnos de escuchar sus dialogos podremos sacar la vieja grabadora y dejar que el carismatico Tannhauser tome el control de la situación con sus geniales bromas al tocar ciertos elementos del escenario.
Truberbrook tiene un sistema de juego intuitivo y abusivamente equilibrado por unas mecánicas conservadoras, pero efectivas. Rompecabezas bien pensados que cumplen con lo justo para dar rienda suelta a la creatividad, pero sin llegar a límites absurdos o desesperanzadores. Todos sus retos son bienvenidos y nos mantendrán por el escenario haciendo clic para encontrar nuevas pistas, objetos o tan solo oír los peculiares dialogos de sus personajes.
Tal vez, la mayor de sus contras venga por el lado del inventario, que no cumple ninguna función en especial y al no permitir ningun tipo de combinación o selección llega a crear rompecabezas automáticos. Un detalle anticlimatico ya que convierte en un simple trámite lo que tendria que ser una xperiencia mental intimidante, pero dejando de lado eso. Truberbrook es un viaje hacia el pasado, hacia un mundo lleno de magia y melancolía, que se siente realmente bien por la convincente ejecución narrativa y el competente sistema de juego.
PALABRAS FINALES
En fin, Truberbrook no pretende revolucionar el género, pero es una alternativa interesante para los amantes de las aventuras gráficas, especialmente para los tiempos que corren.
NOTA FINAL: 8/10
Puntos Positivos:
- La historia se sigue con interés.
- Hans Tannhauser tiene un carisma muy especial.
- La evidente inspiración en The X-Files y Twin Peaks.
- Truberbook es un lugar realmente atractivo.
- El acabado visual es alucinante, todo se ha realizado a mano.
- Una buena variedad de rompecabezas…
Puntos Negativos:
- Aunque la solución se siente forzada y automatica.
- La escasa duración.