Título: Wildfire
Género: Accion y Sigilo.
Desarrollador: Sneaky Bastards.
Editor: Humble Bundle.
Fecha de lanzamiento: 26/05/2020.
Precio: $179,99 ARS.
Plataformas: PC.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia comercial adquirida al financiar el proyecto en Kickstarter.
Tuve la oportunidad de jugar Wildfire cuatro años atrás y ser testigo de su notoria evolución, pero hubo algo ausente en todo ese tiempo. Una característica que permanecía oculta, y eso era ni más, ni menos que su arco narrativo. Si bien, en aquel entonces existía un mapa-global que acogía un puñado de misiones, todas ellas estaban carentes de contenido argumental y más bien se sentían como un patio de juego con el que introducir a un chaval.
Por lo tanto, no había trama. No existía un desarrollo narrativo, ni siquiera una carga argumental. Pese a ello, Wildfire tenía ese algo especial, esa aura de misterio que pica a los ansiosos. Pues, esa picazón permaneció sin rascarse por más de seis largos años, hasta que finalmente pude disfrutar de la experiencia final y vivir en primera persona aquel ambicioso modo campaña que tenía escondido Dan Hindes junto al equipo de Sneaky Bastards.
Ahora tras echarle más de 18/20 horas de juego debo admitir que me ha sorprendido gratamente la evolución que ha sufrido en sus mecánicas, pero también por su ambición al momento de exponer un relato sobre la lucha de clases con la época medieval como enlace visual. Al estar ambientado en dicho momento histórico, es común encontrarse con caballeros, hechiceros y reinos posesivos, y justamente Wildfire utiliza correctamente todos estos elementos para iniciar una desequilibrada lucha entre el bien y el mal con una despiadada “caza de brujas” por parte de la archiduquesa y sus súbditos. Por un lado, encontramos a la archiduquesa con su reino, una panda de supersticiosos que temen a la magia, mientras que por el otro lado tenemos a una aldea común y corriente con sujetos ordinarios que viven el día a día, sin embargo sus destinos se iban a entrelazar a causa de un meteorito mágico.
Existe cierta reminiscencia entre los eventos narrados en el juego y la mitología griega, más específicamente con Prometeo, titan que robo el fuego de los dioses para compartirlo con la humanidad. Wildfire baraja esta temática, pero no se ajusta a un solo elemento, sino con varios, nótese el agua, viento y la propia tierra. Entonces, Sneaky Bastards desarrolla una trama que se cocina a fuego lento y sucede en paralelo, es decir, lo visible e invisible, al ofrecer situaciones dinámicas que fortalecen su relato a partir de conversaciones entre guardias, diálogos entre compañeros aldeanos, documentos que decoran el escenario o los propios eventos visuales. Todo esto forma parte de lo visible, aquello que podemos captar de manera directa, mientras que lo invisible es algo más rebuscado al trascender de modo indirecto y gradual, por lo que no cumple un guion establecido, sino que depende puramente de nuestra propia curiosidad al tirar de sus hilos o mejor dicho de la lírica en los tótems.
Para conocer en totalidad la historia del meteorito y todo lo que supone para la aldea de nuestro silencioso personaje, debemos remontarnos al pasado y más específicamente a una serie de cavernas en las montañas. Lugar en el que encontraremos monolitos que relatan acontecimientos de una época anterior, de una civilización que no pudo soportar la carga del poder que ahora corre por nuestras propias venas. Lo realmente mágico y especial de Wildfire proviene justamente de su singular modo de hilar cuidadosamente estas dos narrativas en su tramo final para cerrar una historia medieval con tintes de fantasía fina y atractiva. Hay muchos temas de dónde tirar, pero con el fin de evitar Spoilers, eso será todo lo que mencionare con respecto a su trama. ¿Es buena? Efectivamente, se sigue con interés. ¿Es lo mejor del juego? Pues…. Lo mejor llega ahora.
Una de las grandes bondades de Wildfire proviene justamente de su sistema de juego y la enorme libertad que ofrecen sus mecánicas al momento de sortear sus escenarios, de modo que tendremos acciones tan comunes como silbar para despistar enemigos, ocultarnos en los matorrales o huecos para pasar desapercibidos como también colgarnos sobre salientes para hacer uso del plataformeo. En fin, una serie de acciones comunes en el género, pero Sneaky Bastards le da una vuelta de tuerca al vincular todos estos movimientos con los elementos de la naturaleza para introducir la magia, es decir, que podremos utilizar el agua, fuego y tierra como si se trataran de otra extremidad con las que superar las letales trampas enemigas, y así, rescatar a nuestros compañeros aldeanos.
Entonces, Wldfire es un videojuego de plataformas en 2d enfocado estrictamente en el sigilo, pero cada una de sus habilidades tiene variantes destructivas con las que apostar por la acción, tales como bolas de fuego para quemar enredaderas y asustar al enemigo o ahuyentar linces, como también esferas de humo para planear y surcar los aires. De igual forma funciona el agua y la tierra al tener propiedades especiales tanto activas como pasivas con las que explotar al máximo el diseño tan meticuloso del escenario. Lo que nos lleva a otra de sus grandes fortalezas, el diseño de escenarios. Si bien, se tratan de zonas pequeñas, estas tienen una estructura poco convencional al hacer uso de las escalas y la verticalidad. Entornos totalmente dinámicos que se ven afectados en tiempo real en base a nuestras acciones. Consecuencia de usar las bolas de fuego para incendiar puentes o por el contrario el agua para crear lagos de hielo. Mover la tierra para cultivar hierbas o enredaderas con las que atrapar enemigos.
En cierto modo, el encanto de Wildfire viene justamente de su libertad debido a que podremos optar por la acción o por el contrario, ir en plan sigiloso para no activar ninguna alarma y evitar realizar muertes innecesarias. De una u otra forma, al final seremos recompensados con puntos de habilidad extra gracias a su estupendo sistema de desafíos, cada uno de sus niveles introduce una serie de retos con los que alternar la dinámica del juego y darle cierto grado de re-jugabilidad. Cabe destacar que será de vital importancia superar cada uno de ellos; sigiloso, sin asesinatos, rescatar aldeanos y el objetivo opcional de turno, para tener mayores probabilidades de mejorar las habilidades mágicas. Sin embargo, no será suficiente un solo Run para maximizarlas en su totalidad, a causa de la poca presencia de altares elementales, por lo que deberemos iniciar una nueva partida plus con el fin de conseguir esos puntos extra.
Wildfire potencia a’un m’as su tematica al introducir una serie de esquirlas mágicas con las que equipar a nuestro personaje. Dichas esquirlas cumplen un rol pasivo al ampliar las aptitudes físicas y mágicas de nuestro singular personaje, tales como correr al llevar un objeto en manos, saltar más alto con el humo de los incendios o regresar a un punto de control al ser impactado por un enemigo. En fin, elementos con los que encarar el escenario de otro modo y tener mayor facilidad de superar sus retos, ya de por sí, Wildfire puede ser un juego exigente en sus tramos iniciales, pero una vez que logramos desbloquear todos los elementos y una buena rama de habilidades seremos prácticamente imparables.
No hay demasiado para recriminarle en cuanto a sistema de juego, Sneaky Bastards ha conseguido dar en el clavo con una formula adictiva, divertida y sumamente competente con un alto grado de re-jugabilidad y originalidad. Probablemente sus mayores contras provengan de la inestabilidad de sus escenarios para procesar moderadamente bien los efectos visuales del fuego o los bugs físicos que desembocan en la recarga de una partida. Pese a ello, son tan solo ínfimos detalles en un mar de efectividad.
Debo admitir que, con Wildfire tengo sentimientos encontrados. Fue el primer juego que recibió una crítica por mi parte, y como no, con la que debuto esta página web, en un lejano 2016. Cuatro largos años han pasado desde la última vez que tome el mando para aventurarme en aquel singular mundo medieval, y los cambios que ha sufrido en ese lapso de tiempo son considerables e incluso van mucho más allá de lo estético. El sistema de juego se ha refinado con un puñado de mecánicas nuevas y un modo campaña en solitario/cooperativo absurdamente adictivo y divertido. Wildfire tiene un mundo totalmente dinámico que evoluciona en base a nuestras acciones. Convertirse en un hechicero medieval para desencadenar incendios, controlar raíces o crear lagos de hielo tiene su manía, y todo esto afecta en tiempo real a cada uno de sus entornos alterando el estilo de juego. ¿Sigilo o acción? La opción depende de nosotros.
Entonces, la verdadera pregunta a responder ¿esta Wildfire a la altura de las aventuras de sigilo modernas? Pues, para ser un juego bidimensional hace muy bien su trabajo. No tiene nada que envidiarle a los pesos pesados del género. Sneaky Bastards toma al sigilo por el mango para crear una de los mayores exponentes.
NOTA FINAL: 9.5/10
Puntos Positivos:
- Un relato medieval con toques de fantasia que se sigue con interés.
- Enormes posibilidades de libertad al momento de afrontar sus escenarios.
- Entornos sumamente interactivos y dinámicos.
- Agua, Fuego, Tierra, tres elementos con los que experimentar durante horas.
- Una buena variedad de habilidades especiales.
- Visualmente luce muy bien.
- ¿Acción o Sigilo? La decisión es tuya.
- Modalidad en cooperativo.
- Controles precisos e intuitivos.
Puntos Negativos:
- Inestabilidad al momento de procesar muchos objetos en el escenario.
- Algun que otro bug en los puntos de guardado.