Título: The Last Case of Benedict Fox
Género: Plataformas/Metroidvania.
Desarrollador: Plot Twist.
Editor: Rogue Games Inc.
Fecha de lanzamiento: 27/04/2023.
Precio: $4, 100,00 ARS.
Plataformas: PC, Xbox One y Xbox Series S/X.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por Rogue Games Inc.
Es una lástima que H.P. Lovecraft no esté presente para ver como su legado se mantiene vivo en cada medio de entretenimiento siendo los videojuegos los más influenciados por sus obras. The Last Case of Benedict Fox gira entorno a las dimensiones de la cordura/locura, un plataformeros con tintes de metroidvania que tiene como telón un limbo retorcido junto a un elenco tétrico; criaturas amorfas, voces primigenias, tentáculos y diseños pulposos. La máxima expresión del maestro de Providence, pero no es la primera vez que vemos algo similar. Hace unos años atrás paso entre manos Sundered, aquel lienzo en movimiento de Thunder Lotus Games, que nos arrojaba a los confines de la locura para escapar de un mundo abandonado. Lo cierto es que The Last Case of Benedict Fox comparte muchas similitudes con dicha obra siendo sus personajes claros reflejos de una evidente lucha interior por la libertad, sin embargo, lo que funciona notablemente bien en uno, es totalmente lo contrario en el otro. The Last Case of Benedict Fox es un Metroidvania jodidamente divertido con un intrigante sabor a misterio que prevalece hasta su épica conclusión. Escenarios majestuosamente interconectados con un diseño intrincado y prematuramente bloqueados por rompecabezas, una serie de puzles ingeniosos que tiran tanto de interacciones como de anotaciones con esa nostálgica vibra ochentera. Esa historia de suspenso con tono maduro sobre dos asesinatos, y un personaje que no tardara en recordarnos a Twin Peaks son tan solo algunas de las sensaciones iniciales que dejara caladas la obra de Plot Twist. Básicamente todo lo que no funcionaba en Sundered, en The Last Case of Benedict Fox lo hace fenomenal. Sin embargo, la mayor de las chapuzas recae sobre sus controles y la connotación tan fuerte en su backtracking, por lo que el viaje hacia el limbo no será una pesadilla agradable, al menos no en su totalidad. Pero antes de rebanar a pedazos esta obra comencemos por su historia.




Al echar las manos sobre el control seremos recibidos por una escena de alto voltaje con Benedict Fox escapando de unos sujetos mientras se abre paso por los tejados en un Boston de 1925. De los tejados iremos directo a las profundidades de una mansión donde dos personas acaban de morir, por lo que toca desentrañar las razones aquellos fatídicos sucesos. Allí es cuando la verdadera aventura comienza a tomar forma con un Benedict algo perturbado que escucha voces debido a que cuenta con un compañero singular, y la premisa tiene sus tintes macabros con personas lidiando con magia, demonios, mercenarios y artefactos extraños e incluso recuerdos al más puro estilo de Deadly Premonition, por lo que a lo largo del juego echaremos charlas mentales como si fuesen ecos de otra personalidad, (entiéndase Disco Elysium) con la ligera diferencia que este pasajero oscuro como diría (Dale Cooper de Twin Peaks) ofrece una curiosa rama de habilidades especiales con las que sortear los peligros de la mansión, y más especialmente los del limbo, aquel plano donde descansan las almas y los recuerdos más perturbados de las personas que acaban de morir. The Last Case of Benedict Fox cuenta con una historia algo dura y sensible que despertara toda clase de emociones en el espectador. Aquella trágica imagen de una familia en decadencia o el peso de la soledad son tan fuertes que cortan el aire. No solo por la crudeza de su relato sino también por la composición de sus imágenes para introducir escenas perturbadoras. La gente de Plot Twists se las ha ingeniado muy bien para mantenernos cautivados de su aventura al crear toda una red de misterios y casos por resolver. Si, la muerte de su padre será una de las investigaciones principales, pero no necesariamente la única, y esto se debe a que podremos entrar a los recuerdos para desenmarañar toda una historia sobre Inquisidores, creaciones monstruosas a lo Frankenstein, memorias del pasado, y mucho más. Entonces, The Last Case of Benedict Fox cuenta con una historia principal, pero también introduce todo un puñado de tareas o actividades secundarias con las que mantener una dosis alta de dopamina al momento de transitar por sus escenarios surrealistas. Por esta razón encontramos multitud de recursos narrativos de grado textual o interactivo con los que descubrir más de aquel universo tan peculiar.
Esto nos lleva directamente a su jugabilidad, y es que The Last Case of Benedict Fox se presenta como un plataformeros en una interminable casa cambiante con una tonelada de portales hacia otras dimensiones. Eso no quita que tenga su dosis de acción con ataques de corta y larga distancia a través de un cuchillo o revolver, pero tiene trampa, y es que no todos los enemigos pueden sufrir daño de la misma forma por lo que tocara analizar y aproximarse de la forma adecuada, puesto que algunos cuentan con campos de protección por lo que tendremos que desactivar el mismo para que reciba daño. Por el contrario otros funcionan como bombas cronometradas que a una determinada cantidad de ataques explotaran, y si estamos demasiado cerca volaremos por los aires con ellos mismos. Entonces, el sistema de combate es conservador, pero tiene su toque estratégico, lo mismo sucede con los Jefes Finales. Afortunadamente contamos con un horripilantemente cósmico set de habilidades especiales; una serie de tentáculos a modo de pulpo que emana el cuerpo de nuestro protagonista para saltar más alto, coger enemigos, realizar ataques, resguardarse o preparar trampas. Hacer uso de semejante proeza significa recolectar tinta como un enfermo, abatiendo enemigos o resolviendo rompecabezas para posteriormente sentarnos con la tatuadora y dejar que dibuje sobre nuestros brazos esos peculiares jeroglíficos que desencadenan acciones especiales. Muchas de ellas apuestan por la ofensiva, mientras que otras serán de vital importancia para acceder a zonas restringidas inicialmente; el doble salto o la posibilidad de romper el suelo son de vital importancia para progresar de una manera adecuada debido a que el Backtracking está demasiado marcado. La mayor parte del tiempo avanzaremos a pasos de bebes y encontraremos bloqueos por lo que recolectar tinta, hallar una nota o un objeto, inmediatamente nos llevara a volver sobre nuestros pasos para acceder a esa zona bloqueada. Y una vez más, avanzar otros pequeños pasos solo para descubrir que ahora necesitamos una linterna, tal vez una ganzúa especial o resolver algún enigma con nuestro reloj de bolsillo. Este último detalle me parece importante destacar.
The Last Case of Benedict Fox se siente como un plataformero con espíritu de Metroidvania, pero primero ante todo, es un juego que progresa a base de rompecabezas, y unos jodidamente ingeniosos. Auténticos rompecabezas que necesitan de un libro de consultas con diagramas y figuras a las que replicar en un reloj de bolsillo. Esto tiende a generar que analicemos cada escenario en busca de pistas por más insignificantes que sean, números, luces brillando o sonidos, todo puede formar parte de una solución para aquella maquina especial. Definitivamente el agregado del dispositivo le añade unas capas extra de complejidad que le sientan realmente bien, y no serán los únicos rompecabezas que encontraremos sino que también hallaremos cartas de tarot para desbloquear puertas con recompensas, o de corte musical con pianos interactivos, pero con un diseño tediosamente molesto. Durante sus compases finales es cuando mejor brilla, pues ya tendremos equipado toda clase de utensilios, y al mismo tiempo maximizado todo el equipo para soportar todo lo que arroje por delante aquel surrealista mundo de pesadillas. Aunque para maximizar la cuchilla, revolver o reloj de bolsillo tendremos que encontrar objetos especiales que están repartidos por el limbo y luego hablar con el herrero quien por módica suma mejora nuestras armas.




Por otro lado, al contar con un enorme número de puntos de control denominados “anclas” podremos viajar rápidamente de un punto a otro, y del mismo modo recargar munición o ítems para avanzar de una forma más segura. The Last Case of Benedict Fox es un metroidvania sobresaliente con un diseño intrincado y parcialmente funcional, sin embargo, sus controles no responden tan fino como desearíamos sino que tienen una ligera demora de respuesta entre una acción y otra, lo mismo sucede con el esquema de controles que no puede ser personalizado, es decir, no es posible asignar teclas o botone, como consecuencia evadir ataques es incómodo con el dpad por lo que pasaremos más tiempo recibiendo golpes que evitándolos. Existen secciones con un cuestionable diseño de juego entre ellas podemos destacar las áreas “correr del monstruo” que son exageradamente largas y no tienen checkpoints intermedios por lo que fallar y repetirlas se tornara en algo tedioso. Lo mismo sucede con algunas habitaciones en la que los monstruos están protegidos por esferas y bloquean nuestro paso por lo que no podremos avanzar o retroceder, además no son afectados por nuestros ataques. Tiene dos escenarios de dimensiones kilométricas y sin marcadores es realmente complicado avanzar a base de pura memoria por lo que haremos backtracking una, y otra, y otra vez. Ciertos rompecabezas o puertas demandan una elevada precisión y timing como las puertas Kogai que estan cronometradas o los rompecabezas del piano, que piden una velocidad digna de flash.
Visualmente, The Last Case of Benedict Fox luce realmente bien con un diseño a mano al estilo Tim Burton con dos escenarios distinguidos. La mansión por su lado evoca un punto de inicio y final para el viaje de Benedict con un diseño tradicional, la misma funciona como un santuario, un lugar seguro en el que tomarse un receso e interactuar con los personajes para averiguar más de la trama o perfeccionarse al adquirir ítems, habilidades o mejoras. Durante nuestra instancia en esta zona encontraremos cierta tranquilidad y belleza por su tono animado. Mientras que por el otro lado encontramos el limbo, aquel mundo de retorcidas pesadillas digno de un relato de H.P. Lovecraft. El limbo funciona como un mundo de emociones y memorias muertas habitado por demonios, es un lugar extraño y peligroso, que cambia con cada uno de nuestros pasos e incluso sus zonas de penumbra serán mas aterradores pues no existe luz que repela permanentemente al horror, por lo tanto, solo podemos pasar un par de minutos en cada área. Estas secciones son realmente atractivas por su juego de luces y sombras, pero también por su alta dosis de tensión que genera la cacería de tentáculos. El diseño artístico es asombroso y la variedad en cuanto a la estética de las salas también luce de maravilla. Siguiendo la línea de atributos encontramos unas animaciones fluidas y naturales. Aunque no podemos decir lo mismo de su rendimiento, y es que The Last Case of Benedict Fox deja mucho que desear en cuanto a optimización. He llegado a tener zonas con completo stuttering en las que se hacía prácticamente imposible avanzar por las rascadas tan molestas que pegaba el juego al coger un objeto o activar una puerta. Desafortunadamente ha pasado una semana y aún no ha recibido ningún tipo de actualización que reduzca o solucione estas asperezas, tan solo resta esperar.

Abril se va y con el dejo atrás otra aventura Lovecraftiana, una con mucha personalidad. El tono detectivesco en un retorcido mundo de pesadillas con personajes intrigantes y una pintoresca composición de arte al estilo Tim Burton logran dar vida a un emocionante plataformero con una alta dosis de rompecabezas. Un mundo cuidadosamente diseñado para hacer del Backtracking un auténtico nirvana. Lastimosamente, no todas sus piezas encajan a la perfección, el esquema de controles y un cuestionable diseño de secciones despertaran pesadillas más aterradoras que las del propio Cthulhu. Aun asi, The Last Case of Benedict Fox no deja de ser un Metroidvania inusual con una historia enrevesada y un puñado de misterios a los que resolver para despedir a Benedict por la puerta grande. Otra buena alternativa para los fanaticos del genero.
Puntos Positivos:
- Mundo magistralmente interconectado con un gran contenido para explorar.
- Múltiples misiones secundarias con las que rascar más en la historia.
- El transcriptor y sus niveles de interaccion con el escenario para resolver rompecabezas.
- Una gran variedad de rompecabezas, mención especial a las puertas de tarot y tablero de ajedrez.
- La temática de entrar a los sueños en modo limbo.
- Una historia que se sigue con interés.
- La influencia de las obras de H.P. Lovecraft para dar vida aquel mundo surrealista.
- Visualmente luce muy bien.
- Los tramos con la linterna en penumbra son increíbles.
Puntos Negativos:
- Poca variedad de enemigos.
- Controles algo impreciso.
- Las escenas de “corre que te pillo” son genéricas y exageradamente largas.
- Serios problemas de rendimiento a causa del stuttering.
- Salas con bloqueos artificiales con los enemigos.
- Abuso de backtracking.
- Algun que otro bug.