Título: Destroy All Humans
Género: Acción y Aventura.
Desarrollador: Black Forest Games.
Editor: THQ Nordic.
Fecha de lanzamiento: 28/08/2020.
Precio: $549,99 ARS.
Plataformas: PC, Playstation 4, Xbox One y Nintendo Switch.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por THQ Nordic.
No es ninguna novedad que las desarrolladoras se han decantado por la “modernización” de sus proyectos más icónicos, al fin y al cabo, en esta generación hemos sido testigos del despertar de Crash Bandicoot, Spyro, Resident Evil y tantos otros. A ellos se ha sumado THQ Nordic, con las divertidas y alocadas aventuras marinas de Bob Esponja y compañía en SpongeBob Battle for Bikini Bottom.
Ahora el foco de atención se sitúa en el espacio para acompañar a Cryptosporidium, o mejor conocido como Crypto, el alienígena de pocas pulgas para regresar a las andanzas en el Remake de Destroy All Humans! Por lo tanto, quienes no tuvieron la oportunidad de disfrutar esta divertida aventura cargada de acción en 2005, ahora es el momento ideal para hacerlo. A diferencia de otros “Remakes” que suelen apostar por un ligero lavado de cara, Black Forest Games se ha tomado muy en serio su trabajo, por lo que ha aprovechado parte del código original para traer material inédito, es decir, contenido descartado del juego original, creado originalmente por Pandemic Studio. Aunque no es lo único que han agregado, puesto que se han introducido un puñado de mejoras en el sistema de juego. A lo largo de la reseña les comentaremos sus principales cambios y que tanto ha evolucionado en los últimos 15 años.
Regresa el clásico de culto, el juego que prácticamente le rinde honor a Martian Attack, la emblemática película de Tim Burton protagonizada por alocados extraterrestres con un inconmensurable deseo de colonización. Entonces, Destroy All Humans! No se aleja demasiado de esta premisa, puesto que gira sobre temas comunes, además, comparten el enfermizo tono burlón con situaciones absurdamente ridículas y poco serias. Aun así, eso no quita el encanto de su protagonista, Crypto, un extraterrestre de pocas pulgas dispuesto a erradicar la vida en el planeta tierra solo para garantizar la supervivencia de su propia especie intergaláctica, los Furones. Sin embargo, el gobierno no le pondrá las cosas tan sencillas, ya que enviara a toda una caballería de militares y hombres de negro a frenar los maquiavélicos planes del imperio Furon. En lo que respecta a narrativa, Black Forest Games no ha retocado demasiado la experiencia origina, por lo que ha dejado intacta la historia con su buena dosis de humor negro.
No así en lo jugable, puesto que ha recibido cambios radicales por el salto generacional. De esta forma, el sistema de juego se ha pulido milimétricamente con un control preciso, es decir, las acciones responden de un modo mucho más fluido y convincente. Lo mismo sucede con su arco de misiones que introduce un puñado de desafíos y coleccionables con los que prolongar la duración. Por lo tanto, Destoy All Humans! Está compuesto por aproximadamente 23 misiones, que alteran entre acción y sigilo con el fin de crear un ritmo de juego variado y no caer en la monotonía. Entonces, durante las misiones de acción andaremos a pie aniquilando todo lo que encontremos por delante con el despiadado arsenal de Crypto electrocutando o rostizando a los humanos, es mas, tambien podremos subir al platillo volador y volar en pedazos los edificios con su rayo de aniquilación.
Por el contrario, cuando toca ser sigilo, Destroy All Humans! Toma un tono similar a la serie Hitman, es decir, tendremos que asimilar la apariencia de algún que otro humanos para pasar desapercibidos en las instalaciones militares y sus proximidades para atacar desde el interior. A causa de su ritmo de juego, Destoy All Humans! Se disfruta aún más en sesiones cortas, puesto que puede tornarse absurdamente lineal y repetitivo, un problema común en la época de los 128bits. Pese a ello, tiene su encanto. Deinitivamente, Black Forest Games le ha puesto mucho cariño a esta remasterización con mejoras que van más allá de lo estético y refinan el nucleo de juego con una jugabilidad mucho más pulida y menos tosca.
Controlar a Crypto es mucho más intuitivo debido al buen desarrollo de sus mecánicas, tales como disparar, lanzar objetos, controlar humanos o extraer cerebros. No hay grandes complicaciones al momento de ejecutar una orden, y esto es de agradecer. Otro detalle que le sienta bien son las ramas de habilidades para Crypto y su nave nodriza, puesto que podremos convertirnos en una verdadera máquina de colonizar si lo deseamos con una potencia ofensiva y defensiva sin precedentes. El verdadero terror de la galaxia.
Uno de los cambios más radicales proviene de su apartado visual, el cual se ha revisado por completo para adaptarlo a la actual generación, de modo que ahora encontramos modelados mucho más definidos, y como no, expresivos. Entre ellas podemos destacar las animaciones al rostizar o electrocutar a los humanos, quienes quedaran convertidos en una pila de cenizas o en un puñado de huesos. Las bondades tecnicas también han llegado a sus escenarios, debido a que poseen un precioso decorado con un sistema de vegetación realmente impactante, que no tiene nada que envidiarle a Crysis. El sistema de físicas y colisiones está muy bien cuidado y entrega auténticas postales en cada uno de los combates. En fin, para tratarse de un “Remake” Black Forest Games ha hecho un trabajo increíble y no tiene nada que envidiarle a otras grandes producciones como ser Medievil o Spryro. Técnicamente funciona de lujo a una gloriosa tasa de 60 cuadros por segundo e incluso más, siempre y cuando dispongamos de un equipo de buenas prestaciones.
Cabe destacar que también cuenta con soporte nativo para resoluciones ultra-panorámicas, algo digno de destacar para un juego creado originalmente en una consola de 128bits. Por lo tanto, la imagen está adaptada minuciosamente para no recortar el campo de visión en los laterales, como también en los bordes superiores, tal y como suele suceder en la mayoría de juegos. Por otro lado, los videos no han recibido el mismo toque de atención, por lo tanto, se mantienen en un Aspect Ratio de 16:9, aunque era de esperarse. Quizás, lo único realmente reprochable venga por el lado sonoro con algunas irregularidades en las pistas de audio, diálogos con un importante nivel de ruido, aunque era de esperarse, pues, esta suerte de “Remake” ha trabajado sobre las grabaciones originales para mantener la identidad y autenticidad del proyecto.
Desde el espacio exterior llega una especie alienígena para recordarnos que los videojuegos no deben ser tomados en serio todo el tiempo, y que ante todo, también pueden divertir. Al fin y al cabo, Destroy All Humans! Fue pionero en su momento, una autentica oda a la violencia y destrucción que rendía homenaje a Marttian Attack de Tim Burton. Con el pasar de las generaciones, esta emblemática saga cayo al olvido, como tantas otras, pero THQ Nordic junto a Black Forest Games han logrado adaptarla a la actual generación de consolas con un importante número de mejoras técnicas y jugables, sin perder de foco la esencia del juego. Entonces, este “Remake” es la excusa perfecta para introducir al público, y ¿porque no? A los veteranos, a re-vivir el despiadado y épico viaje de colonización de Cryptosporidium con un precioso lujo visual y una fineza envidiable en sus controles.
Definitivamente, Black Forest Games ha cuidado milimétricamente cada uno de sus apartados para mantener intacto el espíritu de Pandemic Studios. Un Remake que da gusto.
NOTA FINAL: 8/10
Puntos Positivos:
- El regreso del icónico, Crypto y la acidez de sus diálogos.
- Importantes mejoras en sus controles.
- El acabado visual es simplemente precioso.
- Una buena dosis de humor.
- Soporte para resoluciones ultra-panorámicas.
- La rama de habilidades y desafíos le sientan muy bien.
- El material inédito creado originalmente por Pandemic Studios es un añadido genial.
Puntos Negativos:
- Ciertas irregularidades en lo que respecta a audio y voces.
- Jugablemente no ha envejecido del todo bien.