Ocean’s Heart [Review]

Título: Ocean’s Heart
Género: Acción y Aventura.
Desarrollador: Max Mraz.
Editor: Nordcurrent.
Fecha de lanzamiento: 21/01/2021.
Precio: $179,99 ARS.
Plataformas: PC.
Disponible en: Steam.
Preview: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por Nordcurrent.

Luego de rendirle culto a Bloodborne con la modesta reinterpretación de Yharnam central en Yarntown, Max Mraz ha decidido dar el siguiente salto en el mundo de los videojuegos. Ahora con mucha más experiencia y con un buen puñado de años en desarrollo nos trae Ocean’s Heart, un precioso juego de acción y aventura de vista cenital y una nostálgica estética de Pixel-Art, que rinde homenaje a las grandes obras de los 90s.

Ocean’s Heart sigue de cerca a Tilia, una joven niña que vivía pacíficamente con su familia en una pequeña aldea, sin embargo la tranquilidad se esfumaría en un abrir y cerrar de ojos con la violenta llegada de unos piratas. La pequeña Tifa fue testigo de cómo su lugar de origen perdió su amoroso y vibrante tono cálido para dejar lugar a una pálida y fría regadera de soledad. Pero eso no era todo. Los piratas no solo dañaron el lugar, sino que también se llevaron como prisionera a su amiga Hazel. Tilia se proponía en salir a su búsqueda, pero su padre la detuvo y decidió perseguirlos en mismo por los confines de los mares. Las semanas se convirtieron en meses y su padre nunca llego a la aldea. Sin noticias de su paradero e impaciente, Tilia sale en su búsqueda tomando el control de un barco algo rustico logra llegar al puerto más cercano para finalmente iniciar su odisea que la llevara a convertirse en la heroína que el pueblo necesita. De esta forma, esta mágica y emotiva aventura comienza a escribir sus primeros compases al arrojarnos a un mundo de pura belleza, pero atestada con retorcidas y monstruosas criaturas. Tal vez, la premisa no es nada novedoso, es decir, es un relato que ya hemos oído en muchos otros cuentos o juegos, pero sirve como el preludio perfecto para desencadenar una serie de eventos desafortunados en unos atractivos trópicos. Además, el verdadero musculo de la obra de Max Mraz proviene de la jugabilidad y la exploración al influenciarse notoriamente por los clásicos de antaño.

 Por el lado jugable, encontramos un título accesible, esto quiere decir que desarrolla unas mecánicas algo sencillas con un moderado sistema de combate, que no necesita de precisión, pero si de atención. Los controles son similares de los de antaño, es decir, horizontal y vertical con un ataque pesado con la espada y otra a distancia con las flechas del arco. Bastante simplón, pero tampoco busca la complejidad. Cabe destacar que se ha añadido la opción de rodar a modo defensivo y no consume estamina, por lo que su uso no esta limitado. Entonces, podremos aprovechar de esta mecánica para escapar de momentos agitados o sorprender a los enemigos por detrás. En cuanto los enemigos tienen un comportamiento permisivo debido a una IA cuestionable, de modo que el patrón de sus movimientos se telegrafía rapidamente, ya que al desencadenar una acción comenzaran a parpadear evidenciando su tipo de ataque. Lo que eventualmente dará lugar para contrarrestar el mismo, ya sea evadiéndo o con un golpe más potente.

A pesar de contar con un inventario algo limitado, existe la posibilidad de utilizar bombas para preparar el terreno con trampas y limitar la zona de juego del enemigo o Jefe Final en cuestión. Sin embargo, también es posible optar por recogerlas el suelo y aventárselas en la cara para crear un daño directo. La inspiración en Link Awakening es demasiado evidente.  Uno de los grandes atractivos de Ocean’s Heart proviene de su libertad al momento de abordar sus escenarios, es decir, desde el primer minuto podremos perdernos por sus tierras para explorar libremente cada uno de sus recovecos y así descubrir nuevos secretos con jugosas recompensas. Al igual que antaño los marcadores son inexistentes, de modo que no existen guías o flechas que señalen los lugares de interés o hacia donde debemos ir para completar un recado. Por el contrario tendremos que valernos de nuestro propio instinto y leer las señales que decoran las inmediaciones para evitar perdernos y caminar en círculos. Como suele ser común en el género, los carteles de madera artesanal son la única ayuda que tendremos para no perdernos en sus densos bosques. Aunque siempre podremos poner en pausa y visualizar el mapamundi para estar al tanto de la densidad de su trópico.

El pintoresco mundo de Ocean’s Heart está compuesto por un puñado de misiones secundarias con las que prolongar aún más su duración, estas suelen ir de simples recados como limpiar alcantarillas de enemigos o conseguir algún que otro objeto especial a tornarse aún más peligrosas como adentrarse en mazmorras. Afortunadamente, cada vez que completemos una tarea seremos recompensados con monedas, que posteriormente podremos utilizar para adquirir mejoras para el arco la espada o armadura, a través de los mercaderes y herreros de la ciudad. Aunque también podremos usar el dinero para adquirir objetos tales como alimentos o elixires con los que recuperar la vitalidad y atravesar con mayor soltura cada uno de sus paramos, y así, evitar una repentina derrota por las criaturas que pululan sus inmediaciones. Tal vez, una de las mayores contras provenga del manejo del inventario al entrar en pausa, deslizarse por las diferentes solapas puede tornarse tedioso, e incluso se echa en falta un acceso directo en los controles para poder craftear ítems o utilizarlos durante los combates,  pues, entrar al menú de pausa cada vez que deseamos recuperar vitalidad corta con el ritmo de acción.

Por lo general, los escenarios se componen por zonas abiertas y condensadas de criaturas a las que enfrentarse o directamente evitar hasta dar con algún que otro cofre. Al no tener un enfoque rolero, pues, no tiene mucho sentido encarar un combate directo, ya que no subiremos de nivel, ni recibiremos algo en especial por acabar con los enemigos, (salvo que se trate de un Jefe Final al final de una mazmorras), pues estos vigilan y protegen cofres. Esto nos lleva a otra de sus grandes cualidades, el diseño de las mazmorras, tan ceñido, oscuro y tétrico con múltiples trampas y enemigos en cada esquina, es simplemente genial la sensación de opresión que transmiten y pueden convertirse en auténticos desafíos, sino fuera por el arco que nos permite aniquilar todo a distancia. Pero bueno, hay que cumplir con los contratos por mas deshonrado que sea el modo.

Siguiendo el corte técnico, las aldeas adyacentes están muy bien poblados y se siente la vida en cada uno de sus complejos con aldeanos que realizan sus actividades diarias. Ademas, los bosques o zonas contiguas tienen su propia ambientación con unas tonalidades vibrantes y atractivas. Ciertamente, el toque de Pixel-Art le sienta de maravilla a la obra de Max Mraz, quien además se las ha ingeniado para sacar el máximo potencial del motor gráfico Solarus, que simplemente luce de escándalo en esta humilde, pero atractiva aventura. Todo esto acompañado por una serie de melodías que evocan la nostalgia con sus ritmos suaves.

Ya nos había sorprendido en el pasado con su retorcida visión de Yardham, y ahora finalmente ha dado el salto a un juego de mayores proporciones. Una vez más, para tratarse de un trabajo en solitario, Max Mraz ha creado una auténtica joya que no tiene nada que envidiarles a los clásicos de antaño. En cada uno de sus pixeles se siente la atención por el detalle y el gran cariño por entregar una carta de amor a los más veteranos. Tal vez, la inspiración en los clásicos de Zelda sea demasiado evidente, pero perderse en el interior de sus mazmorras o explorar libremente su atractivas isla es una de sus grandes fortalezas. No hay mucho para reprocharle, quizás necesita algunos retoques en el manejo del menú y el sistema de colisiones, pero en retrospectiva, A falta de Link’s Awakening tenemos a Ocean’s Hear un más que aceptable juego de acción con el que disfrutar por un buen puñado de horas.

NOTA FINAL: 7.5/10

Puntos Positivos:

  • La inspiración en los clásicos Zelda.
  • Una importante sesnación de libertad al momento de explorar.
  • El precioso acabado del Pixel-Art.
  • Las mazmorras están muy bien conseguidas.
  • Controles simplones e intuitivos.

Puntos Negativos:

  • Con algunos matices en el sistema de colisiones.
  • Manejo del menu algo tosco y tedioso.

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