Titulo: Blasphemous.
Género: Accion y Aventura.
Desarrolladora: The Game Kitchen.
Editora: Team17.
Fecha de lanzamiento: 10/09/2019.
Precio: $278,99 ARS.
Plataformas: PC, Playstation 4, Xbox One y Nintendo Switch.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia comercial proporcionada por The Game Kitchen/Team17.
Recuerdo cuando Blasphemous era tan solo un simple puñado de imágenes conceptuales y gifs que volaban bajo sobre el radar de Twitter. Joder, como ha pasado el tiempo. Ahora, es uno de los más grandes indies del mercado, especialmente para la escena española. Todo un verdadero logro. No solamente por lo que supone para la industria local, sino por mantenerse autentico y utilizar el folklore local para dar rienda suelta a imaginar un mundo sobrecogedoramente salvaje. Inspirado por las pinturas de Goya y la Semana Santa, The Game Kitchen le da una vuelta de tuerca sumamente macabra con escenas despiadadas, personajes brutalmente corrompidos y un decorado visual inquietantemente chocante que se atreve a llevarlo hacia los extremos más retorcidos con su relato abstracto.
The Game Kitchen toma prestada ideas generales de otros grandes éxitos, tales como la serie Castlevania o Souls para ensamblar un producto redondo, al fin y al cabo, son formulas efectivas, pero la casa le implanta el sello local para mantenerlo autentico con un Lore jodidamente alucinante. Todo buen amante de los souls seguro disfruta de recoger objetos y perderse por horas leyendo sus descripciones e intentando atar cabos sueltos, pues, permítanme decirles que Blasphemous lleva este concepto hacia un nuevo nivel. No solo compacta los relatos cortos de su bizarra religión en cada elemento que encontraremos, sino que hasta el propio menú de selección tiene una presentación visual francamente extraordinaria. Entre ella podemos destacar el rosario con sus correspondientes cuentas, que básicamente son ítems de uso pasivos que afectan directamente las estadísticas ofensivas y defensivas del penitente.
A esta se le agregan otro par de objetes de interés, tales como los corazones de Mea Culpa que se utilizan para maximizar el poder de la espada, aunque cada beneficio acarrea una consecuencia. Por otro lado, la magia/milagros o piromancia como comúnmente las conocemos pasan a recibir el nombre de Rezos, y obviamente vienen acompañada de sus propias plegarias con un Lore muy bien cuidado que busca ser retratado en su correspondiente acción o uso, cabe destacar que este tipo de ataques consume la barra de fervor y para ir manteniéndola a flote tendremos que eliminar enemigos. Como guinda del pastel encontramos aquella mecánica que lo convierte en un verdadero metroidvania, las reliquias, una serie de objetos que desbloquean ciertas habilidades o movimientos especiales en el penitente para alcanzar zonas originalmente inaccesibles o conseguir jugosos secretos para lograr llegar al ansiado 100%, aunque su uso tiene una trampa. Solo se puede equipar tres reliquias, por lo tanto, será necesario quitar o agregar según corresponda la ocasión. Si deseamos alcanzar a zonas altas y sortear una neblina toxica para aferrarnos a unas raíces, pues, básicamente tendremos que utilizar las correspondientes habilidades.
Por el contrario, si preferimos lanzarnos al abismo y encontrar lugares ocultos o abrir atajos, pues, la mejor opción será utilizar el velo y lanzarse hasta dar con el suelo. Esa es una de las grandes cualidades de Blasphemous, la flexibilidad que ofrece al momento de explorar su jodidamente enorme escenario. Cvstodia es un mundo jodidamente enorme e interconectado como un puto hormiguero, de modo que resulta sencillo perderse y dar vueltas durante horas en círculos por sus sanguinarios recovecos, más aun cuando no logras entender a la perfección lo que está ocurriendo con su historia.
Digamos que Blasphemous utiliza el concepto abstracto y discreto de la saga Souls, por lo que las direcciones son algo vagas e imprecisas, pero ¿acaso no es eso genial? Tomar uno mismo el control de la aventura y decidir cuál es el mejor camino a seguir o ir probando suerte en cada una de las direcciones, y así, desbloquear nuevos atajos con los que aligerar el retroceso. El backtracking es algo característico en este tipo de juegos, de modo que los atajos y los viajes rápidos son esenciales para hacer más dinámica y fluida la aventura. Por suerte, Blasphemous cuenta con un puñado de sendas que interconectan naturalmente su cruel escenario, y a ello también se le suman los portales para viajar hacia los distintos puntos de interés.
De esa forma la exploración se fortalece continuamente y da rienda suelta para buscar sus coleccionables, que no son pocos. Existen más de 40 miembros/órganos con los que profundizar en su Lore, como también los tradicionales ítems que permiten mejorar la salud/mana, la propia espada o pedir absolución a través de santuarios y estatuas. Sin lugar a dudas, es un muy buen detalle, le da un gran toque de autenticidad y originalidad. Por último, Cvstodia está compuesta por una gran cantidad de personajes y criaturas interesantes con las que interactuar y a las que podremos ayudar o no durante nuestra epopeya. Muchos tendrán una pinta desgarradora e inhumana, mientras que otros tienden a ser más inocentes, pero tal vez igual de sádicos.
En cuanto a lo meramente jugable, Blasphemous es demasiado simplón con un sistema de combate flojo, que no termina de alcanzar todo su potencial debido al tosco manejo de las animaciones. Por lo general suelen ser imprecisas y no responden a las acciones de manera fluida como se podría esperar en un hack and slash bidimensional. Tal es el caso que he perdido más veces cayendo hacia el vacío o en pinchos que a manos de los propios enemigos, y eso ya dice mucho de la débil respuesta que tiene el personaje o el minúsculo grado de dificultad que cuenta. Aunque no me mal interpreten, los Jefe Finales son simplemente sensacionales y tienen un diseño visual encantadoramente cruel y grotesco, pero las peleas en si son monótonas e insípidas que rozan lo absurdo con pocos patrones de ataque curtidos. No hay mucha variedad en el set de sus movimientos y los enfrentamientos suelen convertirse en un simple trámite, salvo en un par de ocasiones que evolucionan hasta ser un Bullet Hell, pero…. Eso es otro tema a tratar.
Mientras los enemigos tienen un comportamiento ciertamente salvaje y despiadado con una tasa de aciertos importante, la verdadera dificultad recae mayormente en el plataformeo y el implacable castigo que implica reiniciar un buen tramo de la aventura por un salto inconcluso o porque una criatura nos atacó y lanzo a los pinchos. Tal y como sucedía con los dos jodidos arqueros de Dark Souls en Annor Londo, el posicionamiento tan estratégico de los enemigos en Blasphemous es ciertamente un acierto como también una verdadera pesadilla. Más allá del control flojo y las animaciones imprecisas o los comunes bugs que acarrea, quizás el mayor punto negativo de Blasphemous sea la inexistente posibilidad de iniciar un NG+. A pesar de que fue una de las principales metas de su Kickstarter, lamentablemente no estará implementado en su lanzamiento, y lo mismo sucede con su modo Boss Rush o el prometedor nivel de dificultad extra. Ciertamente, son las pequeñas piedras angulares para un futuro camino de gloria y éxito.
El arte que se gasta Blasphemous tiene una intensidad sobrenatural es auténticamente una salvajada lo que han creado los españoles de The Game Kitchen. Una visión retorcida de la religión como nunca se ha visto con personajes torturados violentamente en un mundo atroz que grita por una redención. Cvstodia tiene la potencia suficiente para transmitir su historia a través de imágenes. Imágenes que quedaran grabadas como tinta de fuego en la retina de los jugadores, y es que Blasphemous tiene momentos realmente inquietantes por la crudeza de su visual. Sin lugar a dudas, una ambientación de primer nivel, como pocas.
Existe una enorme variedad de entornos y se siente la inspiración local en cada uno de los trazos de su atractivo Pixel Art con fondos que retratan fielmente ciertos parámetros de Sevilla. Además, la variedad de entornos es realmente notable, desde Alberio un pueblo común y corriente que ha caído en desgracia por una terrible maldición pasando por alcantarillas, bosques, catedrales, montañas sumidas en la nieve, prisiones y mucho más. Existe una enorme cantidad de localizaciones en las que perder horas explorando y dando vueltas. Y eso no es todo, la banda de sonido es toda una salvajada que mantiene una perfecta consonancia con la intensidad de su acción y aflicción de su mundo.
Entonces, ¿qué podemos esperar de Blasphemous? Pues….Morir, y bastante. Aunque no necesariamente por su acción, el combate es demasiado amigable y sencillo, además, los enemigos o Jefes Finales no suponen un verdadero reto, al menos no como en otros titulos del género. Por lo tanto, se estarán preguntando ¿cómo voy a morir tanto en este jodido juego? Simple, por el control y el plataformeo. Es más fácil caer hacia el vacío o en un par de pinchos que ser derrotado por el Jefe de turno. Blasphemous tiene muchísimo amor y un cuidado excepcional en el diseño de su escenario, pero lastimosamente el control no responde de manera precisa y esto puede llevar a movimientos erráticos. Pero, ¿a quién queremos engañar? como todo buen masoquista volveremos a cargar la partida para probar suerte.
De una u otra forma disfrutaremos enormemente explorando su universo como también leyendo la descripción de cada uno de sus objetos y atando los cabos sueltos de su retorcida historia sobre la terrible maldición que arraiga al penitente hacia un mundo de aflicción y tortura.
NOTA FINAL: 9/10
Puntos Positivos:
- Cvstodia es un mundo enorme y absorbente que incentiva la exploración.
- La ambientación tan cruel y macabra que se gasta.
- Todo el Lore detrás de cada objeto.
- El menú es simplemente genial.
- Una enorme cantidad de secretos.
- La enorme libertad que ofrece su mundo.
- El diseño artístico y su inspiración en Goya.
Puntos Negativos:
- El control necesita pulirse un poco.
- Ciertos bugs que pueden afectar la experiencia de juego.
- Ausencia total de un NG+.