Título: Death’s Gambit.
Género: Acción y Aventura.
Desarrolladora: White Rabbits.
Editora: Adult Swim Games.
Fecha de lanzamiento: 14/08/2018.
Precio: $224,99 ARS.
Plataformas: PC y Playstation 4.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa cedida por Adult Swim Games.
Lo primero que viene a mi cabeza al pensar en Death’s Gambit es aquel épico tráiler del 2015. En poco más de dos minutos, White Rabbit entraba por la puerta grande con una propuesta atractiva y desafiante, una que fue moldeada bajo el formato Souls, y si eso fuera poco, también recordaba en menor medida al glorioso Shadow of the Colossus con la enorme escala de sus personajes y la posibilidad de escalarlos. Desde ese momento las expectativas subieron hasta niveles ridículamente altos, pero como dice el dicho, todo lo que sube tiene que bajar.
Tras más de tres largos años de espera, finalmente pude entrar al mundo de Siradon para acompañar al emisario de la muerte en su terrible expiación por erradicar a los guardianes inmortales. Sin embargo, aquel rayo de esperanza que me acompaño durante tanto tiempo comenzó a extinguirse lentamente al paso de unas horas de juego. Todo aquello que revelaron no fueron más que una serie de deseos incumplidos, Jefes Finales que no terminaron de llegar, habilidades y características jugables olvidadas en el tiempo. De todas formas, esto no es ninguna novedad. Diariamente se vende humo en los tráileres y el producto final dista demasiado de la imagen preliminar, sin embargo, la escena independiente no cargaba con este peso. Por lo general, esta terrible y desleal carga era de los AAA y su sobre-exagerado marketing, por lo tanto, es realmente triste que un juego como Death’s Gambit no haya llegado a cumplir con todo su potencial y que llegue con un contenido algo escueto, para mi gusto.
Desafortunadamente, Death’s Gambit ha llegado un par de años tarde. Hoy en día, la escena independiente está colmada de juegos souls-like, y para su desgracia, muchos de estos títulos han hecho un mejor trabajo, nótese Momodora: Reverie Under the Moonlight, Salt and Sanctuary, Dead Cells o el imprescindible Hollow Knight, por lo tanto, la obra de White Rabbits ni siquiera puede comenzar a competir con estos titanes del género.
A lo largo de la aventura tomaremos el control de Sorum, un ávido guerrero que ha sufrido una abrupta muerte por manos del ejército de inmortales. Sumido en una penumbra de caos y desesperación, aquella joven promesa heroica es despertada de entre los muertos para convertirse en el emisario de la misma muerte. El ente de infortunio ha regresado al mundo de los mortales para tocar una nueva alma. Un nuevo huésped se erige entre el rio de cadáveres para satisfacer un irremediable deseo por purgar a los inmortales. Incontables combates aguardan en un reino consumido por la vida eterna. Es allí cuando la verdadera aventura da inicio.
El viaje nos llevara por los páramos de Siradon, un mundo lleno de belleza y tristeza. Las guerras han consumido sus locaciones y tan solo quedan los restos de lo que alguna vez fue una civilización tecnológicamente avanzada, tal y como lo demuestran los castillo con sus artilugios/trampas o los mismos subsuelos con las maquinarias olvidadas. Sin ser ninguna maravilla, la trama de Death’s Gambit se sigue con interés y tiene momentos francamente buenos. Cada tanto introduce una serie de visiones e imágenes que afinan el Lore del personaje arrojando algo de información sobre sus convicciones y deseos. Sin lugar a dudas, es un muy buen detalle. Además, presenta algún que otro giro argumental para ocasionar un mayor impacto y crear cierto grado de inmersión con el jugador.
En fin, sin ser un juego totalmente orientado a la narrativa como otros del género, cumple con lo justo al momento de crear un mundo inmersivo con personajes bien definidos.
El santuario central se introduce como un enorme nexo, tal y como sucedía con Majula, el santuario del enlace del fuego o Dirtmouth. Justamente, es un plano de calma y tranquilidad antes de la tormenta, donde es posible interactuar con el resto de NPC’s para comerciar, mejorar equipo, meditar o dialogar. A diferencia de otros veteranos del género, Death’s Gambit no sabe explotar al máximo su zona recreativa, aquel nexo se siente más como un decorado visual, y no como un punto de reflexión. Es más, ni siquiera cuenta con coleccionables, Quest secundarias o eventos especiales con los que prolongar su escasa duración. Y es realmente baja. Death’s Gambit puede llegar a durar poco más de 6 u 8 horas, siendo generosos. Un número absurdamente bajo para un juego de este género.
A pesar de ello, White Rabbits dio vida a un fantástico mundo de estilo gótico por el que resulta sencillo sentirse atraído, y pese a sus conocidas limitaciones, da gusto explorar minuciosamente cada uno de sus pixeles para descubrir algún que otro objeto de interés hasta dar con el imponente Jefe Final de turno. En cuanto a la progresión, como mencione anteriormente, Death’s Gambit ofrece un cierto grado de libertad a la hora de encarar su aventura, similar a lo visto en Rain World.
Al poco tiempo de arribar al santuario central los caminos comenzaran a bifurcarse y dependerá de nosotros elegir que titánico duelo deseamos comenzar. Cada una de sus áreas es totalmente abierta sin ningún tipo de restricción, e incluso compensara nuestra perseverancia con algún que otro atajo especial para hacer el Backtracking más llevadero. Una de sus grandes virtudes es esto último. Death’s Gambit no se ve forzado a hacernos superar una determinada fase para avanzar en su historia, para nada. En el caso que nos sintamos bloqueados podremos regresar, subirnos a lomos de nuestro fiel corcel e intentar abrirnos paso por una nueva zona. Subir de nivel, adquirir un mejor equipo o desbloquear mejoras y regresar más tarde para intentarlo nuevamente. Esa libertad y ese diseño de progresión lo hace una aventura accesible para todo tipo de público, y no solo para los más acérrimos al género. Aunque, el mal llamado término “metroidvania” le quede algo grande por la inexplicable ausencia de habilidades.
No existe ni siquiera una Perk o habilidad especial a desbloquear, todo lo que vemos es todo lo que tenemos. Una serie de movimientos básicos, tales como un botón para utilizar un arma principal, otro para la secundaria, a modo defensivo tendremos algún que otro escudo y la posibilidad de rodar o saltar, y eso es todo. No hay doble salto, ganchos o habilidades especiales. A modo de “compensación” podremos desbloquear ciertas ventajas especiales a través de los puntos de tale, que ganaremos al eliminar un inmortal. Entre sus bonificaciones encontraremos mejoras pasivas para el daño, recuperación de estamina, vitalidad o resistencia a toxinas, entre muchas otras. Además, a estos “talentos” se le suman una serie de ataques especiales que podremos aprender de los NPC’S que abundan el santuario central. Lo que permite refinar las artes con una determinada arma para desbloquear nuevos y potentes ataques que irán consumiendo la barra de alma. Aunque esta se recarga de forma manual, al golpear al enemigo. Sin lugar a dudas, White Rabbits le estampa su propio sello al termino Souls-Like con un sistema de habilidades y talentos algo diferente.
Aun así, pese a sus grandes aciertos, el sistema de combate deja mucho que desear. En primer lugar, los movimientos de ataque son algo gradual y tosco, no son tan precisos como uno pensaría y pueden llegar a recordar al nefasto Slain. El HitBox necesita un par de revisiones, no es completamente efectivo y por momentos puede sentirse que estamos golpeando al aire en lugar del enemigo, y lo mismo sucede cuando recibimos ataques, en especial de aquellos que tienen una arremetida de rango amplio o al estar de espaldas. No es algo que arruine completamente la experiencia de juego, pero dista mucho de ser totalmente perfecta.
En fin, el sistema de combate se siente tan simplificado con respecto a su anuncio original. En aquel video del 2015 se podían ver un gancho con el cual escalar enemigos y una mayor escala de combate. Desafortunadamente todo eso quedo en el pasado y no termino apareciendo en la aventura original. Eventualmente el viaje de Death’s Gambit se siente algo corto. El contenido es realmente bajo, tan solo existen 12 jefes finales, cada uno con un set de movimientos muy particular y sus correspondientes transformaciones. A lo largo del combate irán evolucionando y esto se verá reflejado en sus ataques, los cuales se volverán más agresivos y potentes. Definitivamente, los Jefes Finales dejan un sabor agridulce, algunos cuentan con un gran diseño, como puede ser Dark Knight, Mage Galaxy Amulvaro o Endless, mientras que el resto es regular y menos imponentes en la pantalla. A todo esto, cada uno de estos Jefes Finales cuenta con una variante en Heroico, sin embargo, una revisión “Overpowered”, con mayor daño y una vitalidad ridículamente elevada.
En cuanto al sistema de creación de personajes, no dista mucho del que posee Salt and Sanctuary o la saga Souls, por lo tanto, Death’s Gambit nos ofrece una serie de clases prefijadas, tales como Soldad, Asesino, Caballero, Mago, Noble o Centinela. Cada una con sus correspondientes atributos y su determinada arma especial, espadas, guadañas, dagas, martillos, lanzas o baculos. Las aptitudes se dividen en seis rangos que van desde las tradicionales, vitalidad, fuerza, resistencia, precisión e inteligencia y a ellas se le suma prisa, que afecta directamente a la recarga de estamina. En el caso de seleccionar a un guerrero será de vital importancia subir de nivel este atributo. Tal vez, las opciones sean algo escasas, pero al estar unificadas con los talentos y el equipo, nos convertirán en una verdadera máquina de matar. Además, a lo largo de la aventura podremos utilizar dos armas en simultaneo una para cuerpo a cuerpo y otra para la distancia, entre ellas encontraremos arcos o rifles de precisión.
El emisario de la muerte entra por la puerta grande con una sensacional estética de Pixel Art, que poco y nada tiene que envidiar a otros veteranos de la escena independiente. Los chicos de White Rabbits definitivamente han creado una aventura atractiva con escenarios realmente impactantes y totalmente vivos. Fondos que lucen francamente bien y ayudan a fortalecer la inmersión. Además, la variedad de sitios es realmente alta. Áreas obstruidas por la nieve, enormes campos verdes, aterradoras salas tecnológicamente avanzadas o enormes catacumbas inundadas en sangre, son algunos de los principales puntos de interés. Sin lugar a dudas, la ambientación gótica le sienta realmente bien. Y eso no es todo. Death’s Gambit cuenta con soporte nativo para resoluciones ultra-panorámicas, algo admirable para un juego de este género.
Por el lado sonoro, encontraremos una serie de piezas musicales muy bien llevadas que crean un vínculo con la escenografía para magnificar la acción que transcurre en la pantalla. Melodías instrumentales de piano que van de menos a más. Lentas, pausadas que se toman su tiempo para canalizar los distintos grados de emoción que transmite esta épica aventura.
Para concluir, Deaht’s Gambit es otra de las grandes promesas de la escena independiente que llego para abrirse un hueco entre los grandes del género. Tal vez, su arribo fue más tarde de lo deseado y esto lo termino superando. De todas formas, White Rabbits puede respirar con cierta tranquilidad, ya que han logrado crear un correcto juego de acción en 2d. Aun así, el trabajo no ha terminado. Muchos de sus bugs necesitan una solución inmediata. Subir de nivel para que este se caiga a pedazos al ser eliminado por un jefe no es nada agradable. Y ciertamente el sistema de combate necesita pulirse un poco más para quitar esa sensación tan gradual y tosca que irradian sus movimientos. Aunque siempre podremos desenfundar un rifle de asalto y caerle a tiros al Jefe de turno.
Actualmente, existen muchísimas mejores opciones que Death’s Gambit, tales como Axiom Verge, Dead Cells, Momodora: Reverie Under the Moonlight, Salt and Sanctuary o el imprescindible Hollow Knight. Sin embargo, la obra de White Rabbits tiene su propio encanto. Una puesta en escena magnifica acompañada con una banda de sonido imponente que canaliza la armonía y desesperación del gambito de la muerte, mientras descubrirnos una historia que sin ser sobresaliente, se sigue con interés. Y como no mencionar a sus increíbles Jefes finales, como olvidar a Mage Galaxy Amulvaro o Endless, si tienen un diseño simplemente alucinante.
En fin, Death’s Gambit no es todo lo que tenía en mente cuando vi aquel increíble tráiler de anuncio en el lejano 2015, y si bien, aun cuenta con ciertos desaciertos. La obra de White Rabbits logro captar mi atención por más de 20 horas y sin lugar a dudas lo recomiendo para todos los amantes de este género.
NOTA FINAL: 7.5/10
Puntos Positivos:
- Una historia que se sigue con interés.
- El enorme grado de libertad que ofrece en los tramos iniciales.
- La inclusión del corcel es un buen detalle, permite que la forma de viajar y el Backtracking sean más llevaderos.
- El diseño de los Jefes Finales y su evolución durante el combate.
- La estética de Pixel Art le sienta realmente bien.
- Una notable banda de sonido.
- Soporte para resoluciones ultra-panorámicas.
- El combate, sin ser brillante cumple con lo mínimo.
Puntos Negativos:
- Aunque necesita ciertos retoques.
- Poca variedad de enemigos.
- La inexplicable ausencia de habilidades especiales, ¿que ocurrió con el gancho del tráiler del 2015?
- Bugs, son menores, pero nerfear el daño al morir puede ser algo absurdamente estresante, en caso de no tener conocimiento.
- Escasas diferencias entre una clase y la otra.
- En general, tiene poco contenido. No hay coleccionables o Quest secundarias con las que prolongar el viaje e incluso las armas y equipo no es tan vasto como uno podría esperar.
- Duración algo escasa. Superarlo no llevara poco más de 6 u 8 horas.
- El término “Metroidvania” le queda muy grande.
Pueden visitar nuestra galería de imágenes en el siguiente enlace y en este otro todos sus Boss Fight.