Título: El Hijo: A Wild West Tale
Género: Sigilo y Táctico.
Desarrollador: Honig Studio.
Editor: HandyGames.
Fecha de lanzamiento: 03/12/2020.
Precio: $224,99 ARS.
Plataformas: PC, Playstation 4 y Xbox One
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por HandyGames.
Todo parecía indicar que diciembre seria recordado únicamente como el mes en que Cyberpunk 2077, finalmente hizo su ansiado debut. Pero, la escena independiente no ha permitido que el colosal RPG de CD Projekt Red acaparara toda la atención, por lo que han puesto el pie en el acelerador y han decidido anticiparse a la obra del estudio Polaco. En consecuencia, esta primera semana de diciembre ha llegado colmada de juegos. Juegos para todos los gustos, desde Morbid: The Seven Acolytes para los amantes de los Souls-Like y el Pixel-Art, como Haven para quienes desean algo más tranquilo e íntimo para relacionarse con su pareja o El Hijo: A Wild West Tale, (la aventura que nos compete el dia de hoy), una emocionante y divertida aventura de sigilo con una fabulosa pinta western que recuerda al conmovedor An American Tale. Entonces, Honig Studios debuta en el mundo de los videojuegos con un spaguetti-western que puede disfrutarse tanto en solitario como en familia al apostar por un estilo de juego carente de violencia y un conmovedor relato sobre un pequeño chaval y su madre.
Partimos con su trama, El Hijo: A Wild West Tale narra las andanzas de una granjera y su hijo, quienes han sido atracados por unos bandidos que arrasaron y quemaron su granja. Ahora, sin un hogar fijo y con una enorme sed de venganza, la granjera se arma de valor y sale en busca de sus atracadores, sin embargo, el pequeño chaval de seis años es enviado a un monasterio para mantenerse alejado de los problemas, mientras espera por el retorno de su madre. Como suele ser habitual en los niños, El Hijo, es un chaval algo inquieto y de pocas pulgas. Vamos, todo un Daniel el Travieso del lejano oeste, por lo que ha decidido que la vida monástica no es para él y decide escapar, pero no será nada sencillo. Con tan solo un tirachinas y un puñado de juguetes, El Hijo, debe eludir a los monjes y bandidos creando todo tipo de distracciones y abrazando las sombras para evitar ser detectado, por lo que su modo de juego está orientado al sigilo y con un inexistente grado de violencia, puesto que se trata de una aventura familiar y pensada para toda clase de edades.
Como consecuencia encontramos que la nostalgia es uno de los factores determinantes en la obra de Honig Studios, puesto que le añade una capa extra de encanto por su inspiración en el clásico An American Tale. Tal vez, no sorprenda demasiado en lo estrictamente narrativo, pues, carece de giros argumentales, pero su apuesta por el lenguaje visual y esa estatica tan colorida y vibrante le sientan realmente bien para exponer su conmovedor relato. Además, el modo de contar su trama bajo dos perspectivas totalmente diferentes, por un lado su Madre luchando contra los bandidos, y por el otro lado, el chaval abriendose paso por el polvoriento desierto para hallarla le sienta realmente bien.
Como mencione anteriormente, en lo que respecta a jugabilidad, El Hijo: A Wild West Tale se introduce en pantalla como una aventura de sigilo bajo una perspectiva isométrica y carente de todo tipo de violencia. Con esto en mente, Honig Studios ha buscado crear una fórmula de juego amigable con la que introducir a jugadores de todas las edades, especialmente niños, y que mejor forma de hacerlo que con un juego de sombras. Entonces, toda clase de progresión gira entorno a la oscuridad, puesto que tendremos que avanzar a pasos de bebe mientras nos ocultamos para evitar ser detectados por los guardias de turno, que pueden ser monjes o bandidos, pero eso no es todo. También debemos estar atentos a la decoración del escenario, ya que existen toda clase de trampas y animales que al mínimo ruido comenzara a alertar a los guardias más cercanos y ni siquiera corriendo podremos escapar de sus garras. Por esta razón, tendremos que actuar con cautela y medir cada paso con el fin de evitar una derrota prematura. Aunque tampoco es que afecte en demasía la progresión debido a que regresaremos al último punto de guardado, y para nuestra fortuna, cada escenario cuenta con un importante número de Checkpoints.
Si bien, la obra de Honig Studios castiga la torpeza y falta de atención. De igual forma premia la progresión con nuevos y juguetes tácticos con los que delirar a los vigilantes, desde rocas o muñecos a cuerda hasta cohetes. Con cada uno de estos objetos podremos acaparar la atención de los vigías para liberar un recoveco sobre el que avanzar hasta la salida de turno. Cabe destacar que tienen un uso limitado y para acceder a más muñecos, cohetes o bombas de humo tendremos que inspirar a más niños o desbloquear cofres.
Por otro lado, también existen otros equipamientos que añaden medidores pasivos como alpargatas para correr más de prisa o un sombrero en el que ocultarse, al más puro estilo MGS con su caja. Otra de las grandes genialidades de El Hijo: A Wild West Tale proviene de sus localizaciones, pues, visitaremos por toda clase de escenarios, tales como monasterios, desiertos polvorientos con grandes valles, trenes en movimiento, ciudades atenuadas por las sombras o inhospitas minas. Todo un animado y vibrante mundo de spaguetti-western con el que deleitarnos visualmente, como también jugablemente, a causa de sus traviesos rompecabezas ambientales, que deberemos de superar para rescatar e inspirar a otros niños hacia el camino de la libertad.
Cabe destacar que la dificultad de sus rompecabezas no es demasiado elevado, sin embargo, conforme avancemos en la aventura esta ira introduciendo nuevos desafíos. Afortunadamente, siempre podremos correr hacia las sombras o escondernos en barriles, cortinas o tablones para evitar ser detectados. Al fin y al cabo, se trata de otro juego de sigilo, y naturalmente, la prudencia y paciencia son un pilar fundamental para superar sus retos mentales en sus mas de 30 niveles. Que dicho sea de paso, tienen un intrincado diseño laberintico, y como no, con un estupendo uso del sentido de la verticalidad con escaleras, valles y superficies que ofrecen vistas panorámicas realmente atractivas para preparar el plan a seguir.

Con mucha ilusión Honig Studios da un salto de fe para debutar en el mundo de los videojuegos con un más que correcto juego de sigilo isométrico, que no dejara indiferente a nadie e incluso, puede mantener pegado a la pantalla a los fanáticos del genero por un buen puñado de horas debido a su preciosa ambientación Western. Pero…. El tono de spaguetti-western no es su único encanto, pues, la jugabilidad también tiene su merito al focalizar sobre la iluminación y sombras para introducir paulatinamente nuevos desafíos a modo de rompecabezas ambientales. A pesar de renunciar completamente a cualquier tipo de violencia, Honig Studios se las ingenia para llevar a Daniel el Travieso, (con todo su equipo táctico de juguetes), al lejano oeste para despistar, eludir y delirar a cuantos bandidos y vigilantes encontremos por delante. En fin, El Hijo: A Wild West Tale es una de las grandes genialidades del año que no deberían perder de vista, en especial si son fanáticos del sigilo.
NOTA FINAL: 8/10
Puntos Positivos:
- La ambientación de corte Western le sienta de maravilla.
- Una dirección artistica muy bien cuidada.
- El soporte para resoluciones ultra-panoramicas.
- Un importante numero de Checkpoints.
- El uso de la verticalidad en sus localizaciones esta bien implementado.
Puntos Negativos:
- IA cuestionable e imprecisa.
- Duración algo escasa.
- Algún que otro bug al esconderse en carros u otros sitios.