Viewfinder [Review]

Título: Viewfinder
Género: Puzzles.
Desarrollador: Sad Owl Studio.
Editor: Thunderful Publishing.
Fecha de lanzamiento: 18/07/23.
Precio: $1,750.00 ARS.
Plataformas: PC, Playstation 5 y Xbox Series.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa provista por Thunderful Publishing.

Me siento culpable de no estar al tanto de su desarrollo, es más, no conocía de su existencia, por lo que descubrirlo a través del Steam Fest fue toda una sorpresa. Desde aquel momento me dejo simplemente enamorado con su propuesta. La elegancia de su presentación y el uso de la fotografía para alterar la realidad eran estupendo. Sin embargo, Sad Owl Studio no ha reinventado nada nuevo. Son conceptos que se han visto multitud de veces en el género, tan solo basta echar la mirada atrás con Echocrome, Superliminal, Maquette o Gorogoa. Sin embargo, este nuevo juego de puzles llega en el momento adecuado. En una etapa en que la industria se encuentra comprimida por lo tradicional y con Remasters, tras Remasters o Remakes. Hacen falta ideas ambiciosas e inusuales que se atrevan a  ir contra la corriente, y eso… es justamente lo que encontré con este juego de composiciones.

Descubrirlo a tan solo un mes de su lanzamiento habla mucho de lo sobre-saturada que esta la industria con juegos casuales, pero también fue todo un acierto personal. Al fin y al cabo, la espera no fue demasiado larga. Quienes son veteranos en mi blog saben que amo los juegos de este género en todos sus formatos, siendo The Witness uno de los pináculos. Menciono justamente esto porque mi experiencia con Viewfinder fue similar, pero en capsulas reducidas. Tiene un control muy bien medido con sus tiempos para tomarnos por sorpresa con cada una de sus peculiares secuencias lógicas, y como no, esa pintoresca escenografía tan pura y vibrante.  

Viewfinder tiene un apartado artístico indiscutiblemente precioso, y esto se debe a la armonía de sus escenarios en la escala de sus colores. Tonos cálidos que representan esas animaciones de estilo cartoon con sus emblemáticos sonidos. Como también el uso de composiciones monocromáticas para jugar con portales y perspectivas, que no tardaran en recordarnos al icónico Echocrome. Sin lugar a dudas, Sad Owl Studio ha mucho mimo en sus puzles, pero sin dejar de lado la fidelidad visual para destacar las bondades de sus mundos virtuales, que se deshacen con cada fotografía. La forma en que emergen nuevas plataformas a través de instantáneas, y el cambio en tiempo real sobre los escenarios son detalles simplemente increíbles. En cada uno de sus biomas arroja nuevos conceptos que nos dejaran anonadados.  Al igual que muchos titanes del genero cuenta con una buena dosis de personalidad. Pese a su excelso trabajo de Voice Acting con diálogos muy bien cuidados y una naturalidad que mantiene la inmersión, la banda de sonido simplemente brilla por su ausencia. Me ha dejado completamente frio la poca explotación que se le ha dado a este apartado en cuanto a los rompecabezas. Por momentos baraja ideas interesantes, pero quedan sin explotarse en demasía.  De todas formas, no hay mucho para reprocharle en lo visual.

Mucha de su belleza permanente oculta flotando bajo una delgada hoja de papel. Una historia ambiciosa que toca temas existenciales, pero que nos deja allí… justo a medio camino. Con la miel en los labios esperando por más, y es que justamente eso es lo que sucede con los juegos de este género. Mientras menos sepamos de sus leyes, patrones y diseños más cerca estaremos de alcanzar el nirvana, y es que Viewfinder es un juego que se disfruta descubriéndo por uno mismo. Por esta razón considero importante evitar destripar la historia o muchos de sus rompecabezas. Que no tardará demasiado tiempo en volarnos la cabeza con sus conceptos y su enmarañado manejo de las perspectivas. Se siente ese deseo del estudio por mantener una progresión fresca con nuevas mecánicas obligando al jugador a tomar nota mental de sus patrones.

Por su parte, la narrativa fluye gradualmente a través de notas desperdigadas por el escenario, llamadas telefónicas o grabaciones de vinilo, algo común en el género –The Witness la uso y le funciono de mil maravillas-. No se nota desgaste alguno en el formato, y por momentos busca ir un paso más allá al dejarnos un acompañante felino al que podremos acariciar para calmar los picos de estrés al estar bloqueado en sus rompecabezas. Me recordó bastante al reciente Firmament de Cyan games con su guardiana que nos recibía con mensajes en cada nuevo escenario. Un host más que competente, y este tipo de gato parlanchín no se queda atrás. Otro de los puntos fuertes recae en su lenguaje visual; habitual dentro de la escena independiente. Encontramos escenarios expresivos que hablan por sí mismos sin necesidad de medir o intercambiar palabras. Todos los objetos que sirven como decoración tienen algo que contar, por lo que depende de nuestra atención desenmarañar el secreto que se esconde en su premisa.

Cómo juego, Viewfinder se presenta con una perspectiva en primera persona y como una aventura de puzles en la que tendremos que superar una serie de secuencias lógicas para hallar la salida o mejor dicho activar la terminal más cercana. El truco está en la forma de hacerlo, y es que como juego de puzles está siempre buscando la forma de innovar arrojando nuevas leyes. Al comienzo tan solo podremos jugar con fotografías que decoran los escenarios plasmarlas sobre el escenario y ver cómo estas alteran la realidad para saltar por sí mismas. Cortar caminos, crear otros nuevos, puentes, plataformas o teletransportarnos al más puro estilo portal, y mucho más. Eso en tan solo sus primeros 15 minutos. La auténtica magia reside con su cámara. Cada una de las instantáneas que tomemos se trasladan al escenario para alterarlo y crear caminos nuevos, algo que recordara a Superliminal o al genial Gorogoa con su manejo de perspectivas, y es que muchas veces la solución tampoco será tomar fotografías sino simplemente pararnos en el lugar adecuado.

A medida que avanzamos en el juego notaremos como este concepto abraza otras ideas para crear situaciones mucho más desafiantes al introducir filtros de color, cambios de perspectiva. No tardo en usar el toque recursivo de Maquette a través de impresoras o los sonidos al estilo The Witness para activar interruptores. Si por alguna razón nos quedamos sin rollo para tomar fotografías o rompimos el escenario por experimentar demasiado, no hay que alarmarse, pues tenemos la posibilidad de rebobinar, y con ello, regresar en el tiempo al momento previo al desastre. Sin lugar a dudas, Viewfinder tiene todo milimétrica mente calculado, y sin ser un auténtico desafío nos mantendrá enamorado con su propuesta durante sus más de 6 horas de duración. La que podría extenderse si deseamos completarlo al 100% para desbloquear todos los logros, y superar sus desafíos extra con lo que ganar filtros adicionales.

Hace tiempo que un juego no me sacaba una sonrisa al superar uno de sus desafíos, y Viewfinder hizo esto de manera consecutiva con cada una de sus retos. A medida que avanzaba sobre su mundo encontraba más razones con las que sorprenderme, y por ello, no puedo estar más que agradecido. El manejo de sus composiciones para romper las barreras de la realidad y crear nuevos mundos de papel es majestuoso, cuanto poco. Con cada panel se presentaba un reto diferente, que matizaba combinaciones únicas, y resolver cada uno de ellos implicaba sentir ese torrente de sensaciones. Esas pequeñas victorias personales. Tal vez no re-inventa nada nuevo, pero es un juego que tiene mucha personalidad, y deja claro que la industria aún tiene mucho de dónde tirar.  Una de las grandes revelaciones del año, y ¿Por qué no? Del género mismo.

Puntuación: 5 de 5.

Puntos Positivos:

  • Artísticamente luce muy bien.
  • Un soplo de aire fresco.
  • La ambición de arrojar nuevos conceptos en sus composiciones y escenarios.
  • Puzles simplemente alucinantes.

Puntos Negativos:

  • Aunque algunos nos dejan con ganas de más.
  • Duración algo ajustada.

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