Neversong [Review]

Título: Neversong
Género: Acción y Aventura.
Desarrollador: Atmos Games.
Editor: Serenity Forge.
Fecha de lanzamiento: 20/05/2020.
Precio: $14,99 dólares.
Plataformas: PC, Playstation 4 y Xbox One.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por Atmos Games.

Once Upon a Coma, nació originalmente como una “remasterización” del clásico juego de flash de Thomas Brush, COMA, lanzado hace más de diez años, sin embargo, el desarrollador norteamericano junto a Serenity Forge han captado el enorme potencial de aquel cruel, pero encantador limbo surrealista, por lo que decidió regresar a la raíz para darle una vuelta de tuerca a la aventura original con el fin de convertirla en una experiencia totalmente nueva. Fue entonces que, Once Upon a Coma paso a florecer como un juego enteramente independiente dando lugar a Neversong, una aventura que funciona, a grandes rasgos, como una secuela al abordar una nueva trama y acompañarla por nuevos rostros en su elenco, como también sustanciales cambios en su sistema de juego, y para culminar, un apartado visual totalmente renovado.

En los tintes argumentales encuentro que mantiene cierta reminiscencia con Pinstripe, al fin y al cabo, ambos juegos fueron creados por la misma persona, por lo que resulta justo mencionar que Thomas Brush ha encontrado una zona de confort al momento de concebir mundos de fantasía y asociarlos con temas poco convencionales como el sentimiento a la pérdida o la esperanza, mientras hace una discreta critica a la sociedad actual o en este caso en puntual hacia los padres. Las inspiraciones son evidentes y la más notoria proviene de las obras de Tim Burton con clásicos atemporales como “El extraño mundo de Jack”, sin embargo, las influencias van mucho más allá de lo meramente estético e impregna aquel espíritu de soledad en su cautivador relato, por lo tanto, ambos juegos bien podrían funcionar en un mismo universo, y es que mantienen cierta amalgama en su presentación, y como no podría ser de menos, en los tópicos sobre los que gira tal delicada travesía de Peet. Si bien, Pinstripe se sitúa un par de escalones por encima y expone una agridulce historia sobre un padre buscando a su hija en las profundidades de un infierno invernal. Pues, Neversong no dista demasiado de esto, puesto que, otra vez realizaremos la misma acción, pero desde otros ojos.

Entonces, a lo largo de esta nueva aventura asumiremos el rol de Peet, un pequeño chaval huérfano que ha caído en un coma prematuro luego de protagonizar el horroroso rapto de su novia, Wren,  por una tétrica criatura sobrenatural. Al despertar de aquel premeditado letargo inicia una búsqueda por todo el pueblo de Neverwood con el fin de hallar a su dulce pareja, sin embargo, no hay suerte. No hay rastro de esta, y así, comienza una autentica y retorcida pesadilla en un siniestro limbo. En el que los adultos de la ciudad han desaparecido o perdido toda pisca de humanidad para emerger en formas grotescas y monstruosas para aterrar o capturar niños. Por lo tanto, Neversong canaliza toda su fuerza narrativa en la exposición de temas existencias, tales como la vida, la muerte o el propio miedo hacia lo desconocido. El resultado final es francamente conmovedor con una delicada y breve fabula que golpea muy profundo y con la que reflexionar sobre nuestras propias acciones.  

 A nivel jugable, pues, Neversong hereda el sistema de juego de su predecesor, por lo tanto, estamos ante otra aventura con grandes dosis de acción y plataformas a lo largo de unos preciosos planos bidimensionales. Thomas Brush finalmente encuentra el balance perfecto entre lógica y acción. Con esto, siento que la progresión es más fluida y dinámica llenando huecos vacíos con momentos emocionantes y generando que el abusivo Backtracking sea algo más que un simple trámite, de modo que los escenarios cobran más vida a causa de los personajes secundarios. A partir de este curioso elenco será posible profundizar en la historia, pero también interactuar con algún que otro puzzle ambiental u obtener objetos especiales en base a pistas o direcciones. Esto finalmente lleva a los rompecabezas. Pese a la simplicidad de su ejecución, cumplen con lo justo y necesario al funcionar orgánicamente con el ambiente y contar con un propósito y sentido, no hay nada fuera de lo convencional. Aunque se echa en falta esa mística tan especial que existía en Pinstripe con el curioso juego de palabras y los códigos para activar puertas. Ahora todo se siente mayormente interactivo y un tanto simplón.

Por el lado de los escenarios, se podría concluir que presentan un diseño estrictamente lineal con unos prolongados tiempos de carga entre una zona y otra, esto eventualmente puede entorpecer algo la experiencia debido al continuo “ir y venir” que genera su progresión, es decir, existen ciertas restricciones y para acceder a nuevas áreas es necesario conseguir objetos especiales con los que desbloquear la puerta de turno. No es un “Metroidvania”, tampoco busca serlo, pero impone con un calzador el retroceso, y esto tiende a generar un ciclo de juego redundante. Afortunadamente, en tanto ida y vuelta podremos recolectar coleccionables con los que decorar a nuestro pequeño protagonista o interactuar con los personajes secundarios.

 Otra de los apartados que ha recibido mucho cariño es el sistema de combate, a diferencia de Pinstripe, Thomas Brush también impulsa la progresión a base de acción a partir de un potente bate de beisbol con el que abatir desde simples arañas hasta criaturas tétricas como también los enormes Jefes Finales. Al acabar con uno de ellos obtendremos una melodía que podremos tocar en el piano de Wren para acceder a un cofre con nuevas herramientas tales como sombrillas, guantes o patinetas con las que progresar en aquel surrealista mundo. De todas formas, no es un juego que presenta una gran duración, y en cierto modo esto logra extender un poco más la misma. Por lo general nos tomara poco más de 2 horas terminar la aventura. Es demasiado corto, pero tampoco se puede extender demasiado sin caer en la monotonía y arruinar todo lo que su historia intenta transmitir. A diferencia de Pinstripe, no existe gran margen de re-jugabilidad, esto se debe a que los coleccionables solo cumplen un rol estético y las puertas a desbloquear con la llave azul dirigen al cementerio de los “Backers de Kickstarter” y a un teatro en el que podremos observar un gameplay en tiempo real de COMA, la aventura de flash que dio origen a Neversong.

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 Es conveniente afirmar que Neversong ha pasado por un duro y prolongado proceso creativo para finalmente convertirse en la conmovedora aventura que tenemos entre manos. La evolución con respecto a la entrega original es incuestionable, pero si miramos de reojo en el retrovisor notaremos la prolongada sombra de Mr. Pinstripe, pues, es de quien hereda la mayoría de características jugables y visuales.

 Pese a ello, Neversong tiene su propia identidad y logra exponer un relato agridulce sobe la vida, la perdida y la esperanza en un precioso limbo. No hay mucho para reprocharle, salvo los exagerados tiempos de carga entre una escena y otra, sin embargo, son pequeños matices en un mar de aciertos. Quienes busquen una breve, pero intensa aventura de plataformas con un relato conmovedor no deberían perder de vista esta joya independiente.

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NOTA FINAL: 9/10

Puntos Positivos:

  • Una clara evolución con respecto al juego de Flash, COMA.
  • Otro agridulce relato sobre la vida.
  • Visualmente luce muy bien.
  • Un buen balance entre acción y lógica.
  • El soporte para resoluciones ultra-panoramicas.

Puntos Negativos:

  • Los tiempos de carga son algo exagerados.

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