Review

Nobody Wants To Die [Análisis]

Maxi Maidana1 año atrás1 año atrás019 minutos

Título: Nobody Wants To Die.
Género: Aventura narrativa.
Desarrollador: Critical Hit Games.
Editor: PLAION.
Fecha de lanzamiento: 18/07/24.
Precio: $18,99.
Plataformas: PC, PS5 y Xbox Series S/X.
Disponible en: Steam.
Review: Realizado en su versión de PC con una copia de prensa proporcionada por PLAION.

Nunca paro de sorprenderme con el enorme potencial creativo que reside en POLONIA. Si, Polonia. Hogar de CD Project RED, Bloober Team o 11bit Studios. Editoras y desarrolladores de una envidiable reputación, pero… no son las únicas. En tan solo un par de años, esta nacion ha dejado una marca indeleble en la industria especialmente en lo que se refiere al género ‘Cyberpunk’ con obras como ‘GHOSTRUNNER’, ‘RUINER’ ‘SEVEN: The Days Long Gone’, ‘OBSERVER’ e incluso ‘CYBERPUNK 2077’. Por lo tanto, se ha convertido en ese lugar al que mirar expectante por el próximo viaje futurista. Dentro de aquel anaquel de Sci-Fi se une un nuevo prodigio, ‘Nobody Wants To Die’ la joven promesa de ‘Critical Hit Games’ una nueva aventura detectivesca ambientada en una New York del 2329, que busca hacer reflexionar sobre la vida en un mundo de escasa moral. Mientras corremos la delgada línea entre el bien y el mal en una sociedad dividida, donde la muerte es tan solo un vago recuerdo.

¿De qué va su historia? Como su nombre lo indica. Corre el año 2329 en una New York futurista con importantes avances tecnológicos, siendo la ‘Icorita’ la culminación de los mismos. Esta especie de sustancia es capaz de sintetizar la conciencia del ser humano para mantenerla intacta en caso de cualquier fatalidad. Lo que, evidentemente, prolonga de manera permanente la vida de cualquiera que disponga del dinero adecuado. Básicamente ofrece la vida eterna a la sociedad haciendo que la muerte sea tan solo una mala pesadilla de la que muchos intentan escapar. A través de este concepto, la gente de Critical Hit Games nada sobre aguas profundas para hacernos reflexionar sobre la moral en una sociedad cínica y resquebrajada en un mundo distopico. Utiliza la filosofía del existencialismo como fuelle para explorar temas más rebuscados como la economía, política, pobreza y lo moral. A diferencia de otras obras del género, donde la mayor parte del protagonismo recae sobre androides o replicantes, Nobody Wants To Die hace una introspección sobre lo que verdaderamente significa ser un humano. ¿Qué valor tiene una persona? ¿Qué importancia tienen sus recuerdos? ¿Cuál es el peso de un alma? ¿Qué somos capaces de sacrificar para seguir con vida? Todo esto mientras saltamos de cuerpo en cuerpo como si fuésemos el ‘Dios Cambiante’ de ‘TORMENT: Tides of Numenera’. Me encanta esa analogía. Me encanta todo el universo que se ha construido para darle valor al tema central de la historia. Me rompe en mil pedazos el mercado de los cuerpos. El valor que tiene de acuerdo a su estado. Las pesadillas. Los daños. Las adicciones que existen por detrás de esa capa de carne y vísceras. Siento que ‘Critical Hit Games’ ha escrito su opera prima. Una aventura que recoge las mejoras novelas de Phillip K. Dick y William Gibson para arrojarnos en una New York torrencial de pura soledad.

Todo esto da como resultado una trama reactiva que evolución en paralelo con nuestras acciones. Al fin y al cabo, durante las próximas noches acompañaremos a James Karra, un veterano detective de homicidios que debe enfrentarse al caso de su vida. El asesinato de un pez gordo en la gran manzana. No un asesinato ordinario, sino uno permanente con la icorita completamente destruida. Lo que imposibilita el traspaso de memoria hacia otro cuerpo. Aturdido por aquel brutal episodio tendremos que valernos de Sarah Kai, nuestra joven operaria del otro lado del teléfono. Con su ayuda tendremos que darle cacería a un nuevo tipo de asesino, y descubrir los oscuros secretos que esconde la Elite de la sociedad. A partir de esto exploraremos diferentes casos para ir conectando los puntos más importantes. Encuentro fascinante como funciona su narrativa y la facilidad con la que explora tópicos tan poco habituales. Esa sensación de Deja-Vu a Minority Report, Blade Runner o Eye Wide Shout es simplemente brutal. También he recibido algunos destellos a ‘Firewatch’ esa emblemática obra de Campo Santo. La relación entre James y Sarah me recuerda bastante a la que tuvo en su momento Henry, el guardabosque con su jefa, Delilah. Es palpable el interés y la preocupación en cada una de sus líneas de dialogo. Esto ayuda a mantener los niveles de inmersión y genera mayor grado de autenticidad en cada una de sus conversaciones. Mucho de ello también se debe a ese sobresaliente trabajo de Voice Acting, que hace sentir tan real cada choque de palabras.

Nobody Wants To Die es un juego con muchos matices. Existe una delgada línea entre el bien y el mal, por lo tanto, Sarah juega un papel fundamental como brújula moral. Aunque la respuesta final siempre depende de nosotros, y eso, es lo que da tanto valor y vida a esta propuesta. Es un juego relativamente corto como cualquier otra ‘aventura narrativa’, pero tiene una narrativa absorbente que nos mantendrá pegados a la pantalla de principio a fin. Incluso una vez acabado nos acechara durante días. Es uno de esos juegos para disfrutar en sorbos cortos, como un buen café. Una cápsula de cafeína que nos dejara despiertos toda la noche pensando en el mañana.

En lo que respecta a jugabilidad, es más bien humilde. Las influencias son claras. CONDEMNED: Criminal Origins para el sistema de investigación. Con algún que otro destello a OBSERVER en el análisis de objetos. También recordara en grandes dosis a Minority Report al momento de recrear las escenas del crimen con todo lujo de detalles. La cámara lenta al momento de retroceder o avanzar secuencias esta muy bien conseguida. Deja ver eventos con mucha más precisión y encontrar objetos que pudiesen pasar desapercibidos en un primer lugar. Una vez que recolectamos toda la evidencia necesaria es momento de pasar al análisis para formar alguna que otra teoría. Esto lo realizaremos en el piso del departamento mientras barajamos y vamos uniendo cabos como si se tratasen de expedientes y documentos, que puede recordar a Murder Soul Suspect. También encontraremos las secuencias on-rails de toda la vida. Caminar a paso lento o correr de un lugar a otro. Coger documentos u obtener datos del ambiento. Ofrece todas las virtudes del género narrativo, pero también le añade sus propios rasgos con un sistema de investigación conseguido e intuitivo que le añade más sabor a la experiencia. No es el típico ‘Walking Simulator’ al contrario. Está lejos de serlo. El protagonista tiene todo tipo de dispositivos y herramientas para desenmarañar los misterios que se ocultan en cada escena: luz ultravioleta, infrarrojos para rastrear la trayectoria de balas e incluso visores de análisis para descomponer los materiales. Da la sensación de controlar al mismísimo Dr. Gadget del futuro, pero un poco pasado de copas. También algo malhumorado. Tiene ese toque de aventura gráfica, donde escoger o seleccionar diferentes dialogos con los que ir dando forma a la historia que deseamos. Esto hará que la aventura tome algún que otro giro inesperado. Jugablemente no encuentro demasiadas pegas. Es una aventura narrativa e interactiva con todo lo bueno y malo que esto implica. Nunca intenta salirse de su libreto o ser algo diferente.

Artísticamente luce escandalosamente bien. Esa ciudad Cyberpunk es simplemente preciosa. Los planos. Esas perspectivas. Ese juego de cámaras. La introducción con el coche flotando, mientras debajo nadan como peces cientos de vehículos que son recibidos por hologramas tridimensionales de mujeres bailando a medida que se pierden en la negrura del cielo con esa fría lluvia salpicando sobre el capot del coche. Sentarse en la marquesina de neón en una de las tantas carteleras de la ciudad solo para degustar lentamente un fino whisky. Son algunos de los tantos paneles que se quedarán pegados en la retina, cómo fuego. Tiene un trabajo artístico simplemente brutal, de lo mejor que se ha visto en el género. Me atrevo a decir que es quien mejor a comprendido a Phillip k Dick con algunos de los homenajes más conseguidos. Recuerda bastante a Blade Runner. El proceso de investigación y el manejo de sus mecánicas todo tan sistemático con esa fuerza visual en cada uno de sus ambientes ayuda a fortalecer su narrativa, y hace que cada escena hable por sí misma. Tiene un enorme poder narrativo y sabe aprovecharlo muy bien para mantenernos inmersos en ese mundo tan decadente. Siento que la optimización podría estar algo más conseguida.

Digo, artísticamente es una locura, pero técnicamente se me hace algo flojillo, especialmente para usar Unreal Engine 5. Los modelados dejan mucho que desear con esos rostros algo escuetos y unos cabellos algo desalineados. Lo mismo sucede con el decorado del escenario en general. Se pierde la magia al tener entornos con texturas de baja resolución o sombras imprecisas. He utilizado un equipo compuesto por un i9 10900 acompañado con una RX 6800 XT de 16GB de VRAM con 32GB de RAM instalado en un Nvme de 2TB Firecuda 530 Gen4 con una velocidad de escritura estimada en 7000rpm. Con esa build me ha costado mantener los 30fps en su calidad gráfica máxima a una resolución de 2560×1440. Es posible usar re-escalados para rascar algo más de FPS a costa de fidelidad gráfica.

Critical Hit Games se marca su primer bombazo! Justo como su nombre lo implica han horneado su primer hit crítico. Nobody Wants To Die es una deconstrucción a sueñan los androides con ovejas eléctricas? Es un homenaje a las novelas de Phillip K. Dick y William Gibson. En lo superficial dibuja una red de homicidios para exponer las bondades de un sistema de investigación simplón e intuitivo, que recordara a la serie CONDEMNED u OBSERVER. Mientras que debajo de su polvorienta capa de mugre y pobreza encontraremos las reflexiones de una mente resquebrajada en mil pedazos, como consecuencia de los abusos. La eternidad es posible, pero… ¿A qué costo? El estudio polaco nos invita a reflexionar sobre este y otros conceptos en su opera prima. Cuatro horas. Tal vez cinco. De puras pajas mentales y explosiones de neón en una Nueva York desinhibida. ¿Qué estas esperando para dar el salto?