Long Gone Days [Preview]

Título: Long Gone Days.
Género: Acción, Aventura.
Desarrolladora: Bura.
Editora: Bura.
Fecha de lanzamiento: 28/03/2018.
Precio: $179,99 ARS.
Plataformas: PC.
Disponible en:  Steam.
Preview: Realizado en su versión de PC con una copia digital comprada en Steam.

Long Gone Days llega a mis manos como una propuesta diferente. Por lo general no soy un gran participe de las novelas visuales, sin embargo, la ambientación militar, la dirección artística que luce la armonía del Pixel Art, y la jugabilidad, tan conservadora de los JRPG, se convertían en los detonantes principales con los que lograba despertar mi interés. Por lo tanto, inevitablemente termine haciéndome con una copia.

Tras dedicarle poco más de 5-6 horas y acabar el primer episodio, que compone a su acceso anticipado, tan solo puedo atinar a comentar que los chicos de Bura han creado un juego sumamente cautivador, que logra atrapar al espectador con la crudeza de su relato, y al mismo tiempo sumergirlo en su inaceptable guerra, gracias al misterio que rodea a su mundo y el cuidado milimétrico que compone a sus personajes.

 

 

 

No deseo entrar en el cuestionable terreno de los Spoilers, pero resulta importante destacar que Long Gone Days desarrolla una historia agridulce, tiene efímeros momentos de felicidad, tales como acompañar a un niño a desenterrar un tesoro, rescatar animales indefensos o unir a unas hermanas por medio de una carta, pero todas estas situaciones toman lugar en un contexto caótico, una ciudad al borde del colapso. La tristeza predomina en las calles, viviendas y en los propios habitantes, quienes lentamente han perdido toda pizca de inocencia y esperanza. En tan solo su primer episodio permite abrir el telón para presentar a una serie de personajes fracturados emocionalmente por las situaciones que viven día a día, como también por el terrible peso que carga sobre sus hombros. La moral se ve afectada por las elecciones, y estas, a su vez moldean la personalidad del selecto grupo de héroes. Creo que es la terminación más adecuada para la party. Aquel bizarro grupo compuesto por un francotirador, un médico, un maestro y una mujer se convertirán en el último faro de luz frente a la oscuridad. Llevando soluciones a los habitantes y exculpando todo mal que carga sobre sus recuerdos.

En fin, la historia de Long Gone Days es su pilar más fuerte, y ciertamente se podría decir que los chicos de Bura se dedicaron plenamente a cuidar todos y cada uno de los detalles, ya que el desarrollo narrativo mantiene un equilibrio perfecto entre jugabilidad y diálogos, incluso las situaciones tan alocadas como buscar animales, leer periódicos o desenterrar tesoros perdidos cumple un propósito global. Destaco al intérprete y la necesidad de conocer el lenguaje para poder interactuar con ciudadanos o leer documentos. Es un buen detalle, algo que incrementa la inmersión. Desafortunadamente, no toda la aventura corre con la misma suerte. A pesar de que arranca con un gran comienzo, lentamente se cae en picada, al menos hasta que llegamos a la ciudad. La base militar y el mismo núcleo se sienten algo flojos y vacíos, tanto en contexto narrativo como en lo jugable, no aportan el trasfondo necesario a los personajes principales, y la instancia en estas zonas es instantáneo. Algo que resulta poco creible si tenemos en cuenta que Rourke vivio casi toda su vida en esa enorme habitacion de pánico. Ciertamente carece de los distintivos rasgos narrativos que brillan en la ciudad o el mismo bosque. No es algo que afecte globalmente la experiencia, pero se echa en falta mayor detalle al pasado del personaje.

 

 

En cuanto al apartado jugable, Long Gone Days utiliza un variado concepto de géneros para confeccionar unas mecánicas de juego algo tradicionales y modestas, tal vez por esta razón no llega a profundizar en gran medida en su limitado sistema de combate y el toque de novela visual pierde el encanto durante la aventura. De todas formas, es importante destacar que la jugabilidad de Long Gone Days se podría dividir en dos apartados muy bien definidos. Por un lado encontramos los momentos de aventura, gracias a los mínimos toques de exploración sobre escenarios lineales. Momentos en los que se hará uso de la lógica en algún que otro Puzzle ambiental, como también permitirá ahondar más en su trama al entablar conversaciones con el resto de los personajes y completar misiones secundarias. Mientras que por el otro lado encontramos situaciones que recurren a la acción, al menos con un enfoque táctico, al transportar los clásicos combates a una cámara en primera persona en donde se realizaran enfrentamientos por turnos, como suele ocurrir en los JRPG de toda la vida.

Desde allí podremos seleccionar un objetivo y realizar un ataque ofensivo, especial o utilizar un ítem de nuestro inventario. Uno de los atractivos de este “modesto” sistema de combate es la posibilidad de seleccionar un determinado punto del cuerpo para atacar, tal como la cabeza, brazos o pierna. Pero aquí es donde verdaderamente se siente el potencial perdido del sistema de ataque. Long Gone Days recuerda constantemente que atacar un punto puede compensarnos con un Bonus, sin embargo, al atacar a las manos de un militar este no soltara el arma, e incluso podrá evitar nuestro ataque. Los indicadores de daño y defensa son bastante escuetos, tan solo menciona, bajo, medio o alto, no hay una barra que permita conocer con exactitud la precisión de nuestro ataque e incluso resulta absurdo que al controlar a un francotirador y realizar un ataque preciso a la cabeza fallemos, mientras que con el medico acertemos. Quizás los valores de sus estadísticas no poseen el equilibrio adecuado con el sistema de combate, pero es un detalle que rompe con la naturaleza del propio personaje.

 

 

 

Aun así, no es algo que afecte negativamente la experiencia final, tal y como mencione anteriormente, Long Gone Days es un juego enfocado puramente a la narrativa. La jugabilidad es acertada, pero no es su punto más fuerte. Como puntos a favor destacamos el sistema de moral, una pequeña barra que permitirá realizar ataques especiales, tanto ofensivos como defensivos, sin embargo, la moral puede afectar negativamente el rendimiento de nuestros personajes si la tenemos demasiado baja, lo que eventualmente llevara a fallar golpes o no lograr evitar un ataque enemigo. La única forma de subir nuestra moral será realizando misiones secundarias, ayudando a los ciudadanos y utilizando algún que otro ítem especial del inventario.

En sus orígenes, Long Gone Days presentaba un apartado visual humilde, con una resolución relativamente baja y unos detalles gráficos moderados. Sin embargo, el paso de los años le ha sentado realmente bien. Artísticamente luce sensacional, con unos sprites muy bien conseguidos y un diseño de personajes envidiable. Escenarios que se sienten literalmente vivos y meticulosamente diseñados con un gran amor por el detalle, además el cambio de ambientación ayuda a perfeccionar aquella atractiva propuesta. La base militar contrarresta efectivamente con el bosque y la pequeña ciudad.  Solo resta esperar por las sorpresas que nos deparan sus creadores.

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En fin, aún queda un extenso camino por recorrer y multiples actualizaciones llegaran en el pasar de las semanas/meses, pero desde este mismo momento, Long Gone Days es una apuesta clara y precisa para aquellos que busquen una buena historia. Es un juego totalmente sólido y completamente funcional, sin ningún tipo de error o bug, quizás se le echa en falta una traducción al español, pero con un conocimiento mínimo de inglés comprenderán en detalle los misterios de su aventura, ¡y que historia! Long Gone Days expone un buen relato sobre la amistad, esperanza y redención, y no tardara demasiado en abrirse un hueco en nuestros corazones con el afán de descubrir más de sus carismáticos personajes, Rourke, Adair y Lynn. ¿Única contra? Esperar hasta diciembre para recibir el resto de sus capítulos.

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