Título: Black: The Fall.
Género: Aventura, Plataformas.
Desarrollador: Sand Sailor Studio.
Editor: Square Enix.
Fecha de lanzamiento: 2017.
Precio: TBA.
Plataformas: PC.
Disponible en: Steam.
Preview: Basada en una copia de prensa proporcionada por Sand Sailor Studio.
El control está en la libertad, de este modo se presenta Black: The Fall una aventura de puzles con un meticuloso diseño visual que combina el minimalismo del 2D con un volumen abstracto y sobrio de las perspectivas en 3D, como resultado final nos encontramos con un diseño en 2.75D que recrea unos planos visuales magníficos y permite establecer ese vinculo especial entre el jugador y el personaje. La prometedora producción de Sand Sailor Studios intenta plasmar en pantalla los conceptos e ilustraciones de la rebelión ante los convencionales mecanismos del sistema y la corrupción del estado, para ello establece su ambientación en una era consumida por la opresión y el control.
En cierta forma, Black: The Fall comparte una fuerte inspiración en Inside (la conocida obra de arte de Playdead) sus similitudes no solamente abarcan el desarrollo narrativo bajo un marco minimalista, sino que sus mecánicas jugables, también se ven implementadas en mayor o menor medida. El desarrollo de un plataformeo lento, suave pausado junto al uso de la razón ante puzles sencillos y ordinarios. Si eso aun parece poco, también encontraremos referencias a los principales temas narrativos. El planteo de un mundo consolidado en el control del más fuerte y como nos movemos como simples entes vacíos carentes de sentido ante cualquier orden con el fin de abastecer una necesidad superior. De modo que es inevitable no sentir un Deja Vu en un primer encuentro, sin embargo, una vez ampliamos el recorrido y nos dejamos perder por aquel sobrio mundo industrial y tan toxico que emana Black: The Fall, es realmente cuando vemos todo su potencial y la originalidad de sus mecánicas.
La aventura nos pondrá bajo el control de un obediente empleado de una fábrica, un pequeño ente ausente de vida que ha vivido oprimido por un sistema que promueve el control y limita la libertad. La rutina de realizar actividades predestinadas ha consumido la vida de los trabajadores de una extraña fábrica. De todas formas, el misterioso lugar parece más un campo de entrenamiento e investigación que una fábrica en la que trabajar. Todos y cada uno de los personajes que recorren sus inmediaciones realizan actividades preestablecidas por autoridades superiores, los láseres que señalan el inicio y el fin de una tarea son constantes, las cámaras de seguridad con sus cegadoras auras rojas intimidan en cada cuadro. Como cabe de esperarse, el principal objetivo de nuestro misterioso personaje es liberarse de las cadenas de opresión de sus captores, escapar de aquella marginal zona industrial y ser libre, proclamar su libertad, pero ante tal recorrido lo esperan vigilantes y mortales trampas que al mínimo error acabaran con su vida.
Black: The Fall desarrolla su narración en base a las imágenes y el sonido, crea su propio lenguaje visual en donde la historia se va contando en cada breve y pequeña acción que realizamos. Cada Puzle, personaje y elemento del escenario intenta aportar un carácter determinante en la aventura. Tal y como ya experimentamos en Inside, no deja de ser una curiosa y ambigua forma de narrar una historia, pero es inevitable no destacar la inmersión y atracción que crea en su tramos iniciales. La ambientación tan opresiva en base a la paleta de colores melancólica y sombría, bajo un diseño artístico minimalista que entra en consonancia con las perspectivas de 2 y 3 dimensiones, son sin duda uno de los puntos más destacados de la aventura, ya que ayudan a consolidar la narración y su perspicaz mecánica jugable de plataformas y lógica.
A nivel jugable, esta pequeña y breve demo, nos deja conocer sus principales funciones jugables. Cabe destacar que Black: The Fall es un videojuego que intenta promover el uso de Puzle en base a una lógica convencional y no tan rebuscada. Tampoco intenta crear un ciclo de fallo y error, similar al resto de plataformas en 2D véase (Limbo) sino que más bien, da una seguridad parcial y limitada al jugador, nos pone en situaciones de activar y desactivar elementos en base a la interacción con determinados objetos del escenario. El modo de hacerlo ira cambiando e incrementando su dificultad paulatinamente, pero en ningún momento abusara de esta base inicial.
Además introduce nuevas e innovadoras mecánicas, como mencione anteriormente, Black: The Fall tiene su propio lenguaje audiovisual, y donde más partido saca de esto es en su sonido, creando situaciones y puzles que se miden en base a los sonidos ambientales. Como es de esperarse no exageran ridículamente como The Witness, pero se nota el cambio tan drástico en su ritmo de juego, ya que prácticamente pasamos de zonas rápidas a momentos más lineales y pausados. De todas formas, no deja de ser una notable implementación con un gran potencial.
De igual manera podríamos concluir con la pintoresca combinación de perspectivas, la vista en 2d y 3d al entrar en fuga es importante darle una buena mirada a cada acción ya que al mínimo error sufriremos un inminente final. Y eso no es todo, Black: The Fall es una aventura que se basa y mide en el control, incentiva la libertad pero al mismo tiempo nos permite controlar al resto de personajes de su lúgubre fabrica, a base de un pequeño laser tendremos la posibilidad de activar y desactivar a los NPC, enviarlos a cumplir determinadas acciones y con ello abrir nuevos caminos y puntos de interés.
A modo de conclusión, este primer encuentro con lo nuevo de Sand Sailor Studios no podría sentirse mejor. El pequeño estudio independiente tiene entre manos un proyecto realmente ambicioso con un gran potencial, las mecánicas de juego son originales y sumamente intuitivas con una ambientación muy poco explotada y que da para una narración seria y cargada de humanidad. Es inevitable no destacar que comparte muchas similitudes con Inside, pero Black: The Fall juega en su propia liga, y tiene el potencial suficiente como para valerse por sí mismo. Sin duda, es una de las pequeñas joyas a las que seguir de cerca en este 2017.